EL CAMINO HACIA EL EURO.

Duisenberg sostiene que las opiniones de los políticos no influirán en el Banco Central Europeo

El presidente del Banco Central Europeo (BCE),Wim Duisenberg, dejó ayer rotundamente claro que esta institución mantendrá su independencia y compromiso con la estabilidad monetaria y no se dejará influir por los debates políticos como los desencadenados por el ministro de Finanzas alemán, Oskar Lafontaine, que aboga por bajar tipos. Tras la reunión del Consejo de Dirección del BCE, Duisenberg, que reconoció que en 1999 la zona euro se verá afectada por la crisis, dijo que las bajadas de tipos en España y Portugal habían sido consultadas y que continúan la tendencia a la baja de la zona....

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El presidente del Banco Central Europeo (BCE),Wim Duisenberg, dejó ayer rotundamente claro que esta institución mantendrá su independencia y compromiso con la estabilidad monetaria y no se dejará influir por los debates políticos como los desencadenados por el ministro de Finanzas alemán, Oskar Lafontaine, que aboga por bajar tipos. Tras la reunión del Consejo de Dirección del BCE, Duisenberg, que reconoció que en 1999 la zona euro se verá afectada por la crisis, dijo que las bajadas de tipos en España y Portugal habían sido consultadas y que continúan la tendencia a la baja de la zona.

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La convergencia de los tipos de interés tiene la "máxima prioridad" en las decisiones del Consejo de Dirección del Banco Central Europeo, afirmó el alto funcionario, según el cual "los intereses nominales y reales a largo plazo en la zona del euro están a unos niveles históricamente bajos". Esto refleja la confianza que el euro se ha granjeado entre el público y los inversores, afirmó Duisenberg, que calificó de "extraordinario" el nivel de convergencia alcanzado por los países del euro.Sin mencionar a Lafontaine por su nombre, pero respondiendo a una pregunta que se refería al ministro alemán, Duisenberg afirmó que resulta "normal que los políticos expresen opiniones o hagan sugerencias sobre lo que desearían". "Lo anormal sería escuchar estas sugerencias", sentenció el alto funcionario. "Como se ha probado en muchas ocasiones en el pasado, la política monetaria no puede resolver los problemas estructurales", señaló Duisenberg, leyendo con énfasis un comunicado redactado de antemano.

Refiriéndose a las condiciones macroeconómicas, Duisenberg manifestó ayer que la economía mundial sufriría las consecuencias de la crisis que afecta a Asia, a Rusia y otras partes del mundo en el año 1999 y que la zona del euro se verá afectada "en cierta medida". Duisenberg se mostró escéptico sobre la posibilidad de que el consumo y las inversiones puedan ser estimulados con la bajada de intereses y señaló que el "factor decisivo" para impulsar ambas cosas es la confianza continuada en la política monetaria y no "un cuarto de punto más o menos". El presidente del Banco Central Europeo dijo querer apelar a los políticos en general a ejercer sus responsabilidades en el sentido correcto. Señaló también que lo que digan los políticos "no dañará ni la credibilidad del Euro ni influirá en las decisiones del Banco Central Europeo". Afirmó también que existe un diálogo institucional constante entre los políticos europeos de los países euro y el BCE en el marco de las reuniones del Ecofin-11, al cual tiene acceso el presidente del BCE, y en el marco del Consejo de Dirección del BCE, al que tiene acceso el presidente del Ecofin-11 y los comisarios europeos.

Preguntado sobre la posibilidad de fijar bandas de fluctuación para los cambios monetarios, tal como sugiere Lafontaine, Duisenberg dijo que las competencias en este sentido correspondían a los políticos.

Semana de transición

El funcionario reconoció, sin embargo, "no sentirse muy entusiasta" acerca de la idea de una banda de fluctuación, justo en la época en la que se está poniendo en marcha el euro. Señaló, con todo, que no se sentía "presionado" por el debate iniciado por Lafontaine. Éste se refiere al Bundesbank, la entidad emisora alemana, pero apunta directamente al Banco Central Europeo.Entre los temas debatidos ayer por el Consejo de Dirección del Banco Central Europeo estuvo la preparación del "fin de semana de la transición", a saber, el que precederá al 4 de enero, fecha en que toda la infraestructura para la tercera fase de la Unión Monetaria debe estar a punto para funcionar en la práctica.

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