Entrevista:JUAN IGNACIO VIDARTE DIRECTOR GENERAL DEL MUSEO GUGGENHEIM

"El museo es un factor de recuperación de la autoestima de los ciudadanos de Bilbao"

El Museo Guggenheim de Bilbao cumple el lunes su primer año de vida. Los casi 1.400.000 visitantes que han pasado por taquilla, el triple de lo previsto antes de la inauguración y más de lo que suman anualmente sus hermanos de Nueva York, avalan el éxito del proyecto puesto en marcha por las instituciones vascas y la Fundación Guggenheim. Su director general, Juan Ignacio Vidarte, un economista de 42 años, cree que el museo es "un niño de un año" que necesita tiempo para alcanzar sus señas de identidad.Pregunta. Más allá del éxito de visitantes del museo o del interés de sus exposic...

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El Museo Guggenheim de Bilbao cumple el lunes su primer año de vida. Los casi 1.400.000 visitantes que han pasado por taquilla, el triple de lo previsto antes de la inauguración y más de lo que suman anualmente sus hermanos de Nueva York, avalan el éxito del proyecto puesto en marcha por las instituciones vascas y la Fundación Guggenheim. Su director general, Juan Ignacio Vidarte, un economista de 42 años, cree que el museo es "un niño de un año" que necesita tiempo para alcanzar sus señas de identidad.Pregunta. Más allá del éxito de visitantes del museo o del interés de sus exposiciones, se habla de milagro Guggenheim, de que ha provocado un vuelco en la imagen de la ciudad. ¿No son unos elogios excesivos?

Respuesta. A veces hay excesos verbales, motivados en parte por la satisfacción. Si fuera verdad, me parecería exagerado. Yo no creo que ni Bilbao ni Euskadi dependan del Museo Guggenheim, afortunadamente, aunque creo que es una contribución muy positiva en el proceso de transformación, desde el punto de vista cultural, económico o urbanístico. El impacto económico ha sido impresionante, pero me parecen más significativos los aspectos sociales o incluso psicológicos.

P. ¿En qué sentido?

R. Tengo la sensación de que el museo esta siendo un factor de recuperación de la autoestima y la confianza de los ciudadanos de Bilbao, y en general del País Vasco, que es muy importante en los procesos de transformación como el que vivimos.

P. Las exposiciones temporales han cambiado totalmente el museo. ¿No le resta identidad el carecer de una colección fija?

R. La duración de las exposiciones temporales no es corta, en ese aspecto el museo funciona de forma tradicional. Sí es verdad que para ir definiendo su identidad requiere tiempo, ahora es sólo un niño de un año. ¿Cómo pretende hacerlo? Con una conjugación de un esfuerzo en presentar la colección de una forma dinámica y rotatoria, que permita ver las distintas obras de la colección, y una política de exposiciones temporales, unas de gran impacto y otras de tamaño reducido, más especializado. Su identidad es la de un espacio único para mostrar el arte del siglo XX.

P. ¿Después de un año, qué le parece más importante?

R. Hay que apostar porque el museo tenga siempre un fondo de colección permanente que dé una perspectiva del arte de este siglo, formada por las obras de los fondos de los museos Guggenheim de Nueva York y Venecia, además de las obras específicas de Bilbao. Sin dejar de lado una ambiciosa programación temporal.

P. ¿ Y cuándo se va a cubrir la vacante de director artístico?

R. Por desgracia todavía no se ha tomado una decisión por una única razón: no se ha encontrado el candidato idóneo.

P. ¿Tan complicado es elegir una persona para ese puesto?

R. No es sencillo. Por un lado, el museo de Bilbao no puede ser distinto del museo de Nueva York, y, por otro, la persona responsable de las actividades museísticas en Bilbao deberá jugar un papel en el Guggenheim de Nueva York.

P. ¿Carecer de director artístico no retrasa la organización de exposiciones propias en Bilbao? El director de la Fundación Guggenheim, Thomas Krens, habló de un plazo de cuatro años antes de verlas.

R. Cuanto antes contemos con un director de actividades museísticas ese marco temporal se podrá mejorar. Evidentemente, hay una relación entre ambas cosas. Cuatro años es el horizonte que manejamos para que la organización de exposiciones desde Bilbao se transforme en una dinámica estable.

P. El museo ha conseguido elevar el porcentaje de recursos propios previstos ¿por qué no desciende en la misma proporción la aportación pública?

R. Este primer año partíamos con unas previsiones de autofinanciación en torno al 45%, y vamos a acabar los 12 primeros meses cerca del 67%. Uno de nuestros objetivos es elevar paulatinamente la autofinanciación, pero el planteamiento con las dos instituciones que financian el proyecto (el Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya) es a medio plazo. En los cuatro primeros años el compromiso presupuestario es estable. Cuando se consolide la autofinanciación las aportaciones institucionales disminuirán. En el ínterin, los recursos adicionales van destinados a mejorar la capacidad de programación del museo.

P. ¿Puede mantener el museo el actual ritmo de afluencia?

R. El museo ha mantenido un nivel tres veces superior al previsto básicamente con la misma estructura. Este museo puede tener 1.400.000 visitantes al año y en mejores condiciones, sin problemas como las aglomeraciones o las colas, con ajustes en la gestión pero para ello hay que establecer cuál es la velocidad de crucero que alcanza, no es recomendable hacer cambios erráticos. Creo que está muy bien alcanzar en torno al millón de visitantes

P. ¿Conseguirán organizar la exposición de Jorge Oteiza?

R. Oteiza se opuso al día siguiente de alcanzar un acuerdo con la fundación que gestiona su legado. El museo cree que es un artista que debe estar presente, pero no queremos presionar ni hacerlo contra su voluntad.

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