Reportaje:

El origen y las ventajas del sexo desconciertan a los científicos

La elección de pareja está motivada, según algunas teorías, por la supervivencia

Los escarceos del presidente de Estados Unidos siguen dominando la actualidad política de ese país y han hecho reflexionar sobre su conveniencia u oportunidad. Desde el punto de vista biológico, sin embargo, en su relación están presentes las pautas universales de elección de pareja y los rituales de galanteo de la reproducción sexual, el modo de reproducción dominante. Los científicos se preguntan por qué existe el sexo y cuáles son sus ventajas para el futuro de una especie respecto a la reproducción asexual, así como en qué factores se basa la elección de pareja.

El estudio del s...

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Los escarceos del presidente de Estados Unidos siguen dominando la actualidad política de ese país y han hecho reflexionar sobre su conveniencia u oportunidad. Desde el punto de vista biológico, sin embargo, en su relación están presentes las pautas universales de elección de pareja y los rituales de galanteo de la reproducción sexual, el modo de reproducción dominante. Los científicos se preguntan por qué existe el sexo y cuáles son sus ventajas para el futuro de una especie respecto a la reproducción asexual, así como en qué factores se basa la elección de pareja.

El estudio del sexo, su origen y su evolución, es algo relativamente nuevo en la biología, pero da para mucho, a juzgar por la revisión que ha merecido recientemente en la prestigiosa revista Science. Los biólogos se plantean el sexo como un campo científico, pero la tendencia a aplicar observaciones realizadas en cualquier especie al ser humano es demasiado tentadora como para obviar la relevancia social de estos estudios, a menudo basada en extrapolaciones muy discutibles desde el punto de vista científico. Su base, el clásico modelo de Darwin de la selección natural, está ahora matizada por la hipótesis del gen egoísta, que basa la selección en la supervivencia de determinados genes, como recuerdan los especialistas Jim Bull y Holly Wichman en la revista.

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Atracción

Por qué una persona o un animal se ven atraídos hacia otro de su misma especie y del sexo opuesto es una de esas áreas que despiertan el interés. En la elección de pareja, los biólogos parten de la hipótesis de que es la preferencia femenina la que determina los rasgos masculinos que se verán favorecidos a lo largo de la evolución, a través de los descendientes emanados del acto sexual. El ejemplo más popular es el del pavo real, pero ahora pretenden saber cómo surgen y evolucionan esas preferencias.La explicación preferida en las últimas décadas, la de que las hembras buscan en los machos los rasgos físicos ligados supuestamente a determinadas características genéticas que permitirán el éxito reproductor (que sus descendientes tengan una mayor posibilidad de sobrevivir) no es aceptada tal cual por Michael J. Ryan. Este zoólogo avanza la teoría de que las preferencias femeninas se basan en los sentidos y que éstos se han adaptado a las necesidades diarias de la supervivencia, lo que influye en los rasgos que les resultan más atractivos en los machos. En los humanos esta teoría no se ha demostrado, pero Ryan recuerda que varios estudios han indicado que la simetría resulta atractiva, especialmente en los rasgos de la cara. "La explicación tradicional es que un desorden genético puede dar lugar a asimetrías, pero otra posibilidad es que la percepción humana responde mejor a los estímulos simétricos".

Esta teoría desafía la anterior, basada en que las hembras prefieren machos de mayor tamaño (para ser protegidas junto a sus crías) y que dominen un mayor territorio (para disponer de más comida), algo que se ha traducido demasiado alegremente desde el punto de vista científico, en que los hombres ricos de cierta edad tienen mayores posibilidades de encontrar fácilmente una segunda o una tercera pareja, cada vez con una diferencia de edad mayor.

El origen del sexo es otro de los campos de batalla de este área. Aunque lo han intentado, los biólogos no han demostrado que la reproducción sexual presente grandes ventajas evolutivas respecto a la reproducción asexual, mucho más simple, directa y que no necesita el gasto en energía y en tiempo que suponen la búsqueda de pareja y la conquista. "Tenemos muchas teorías, algunas de ellas completamente absurdas, pero yo quiero subrayar los problemas que existen para demostrarlas experimentalmente", explica en Science Alexey Kondrashov, genetista de la Universidad Cornell.

Existen los que creen que el sexo, a través de la recombinación genética (de los genes del padre y los de la madre) proporciona mutaciones genéticas beneficiosas que terminarán por extenderse por la población, y los que piensan que el sexo permite purgar mutaciones perjudiciales que, si no, se acumularían en los descendientes y terminarían por hacerlos desaparecer. El sexo redistribuye las mutaciones malas produciendo descendientes con muchas, que suelen desaparecer junto con ellas y otros descendientes sanos que son los que propagan la especie.

Sólo ahora los biólogos están empezando a intentar probar, mediante experimentos sobre diversos animales, sus teorías. Para probar la de la purga de las mutaciones perjudiciales, explica Bernice Wuethrich, del Museo Nacional de Historia Natural de Washington, crían organismos (desde pulgas de agua a gusanos) en los que sólo se reproduce un individuo por generación, tenga o no mutaciones, y al cabo de 10 generaciones examinan el número de mutaciones y su importancia para la supervivencia. Los resultados, hasta ahora, no son concluyentes.

Los estudios sobre el sexo relacionados con la evolución se aplican muy mal a humanos porque, aunque no sabemos exactamente en qué grado, los humanos pueden haber llegado a paralizar el proceso de selección natural al controlar mucho mejor que cualquier especie su ambiente (especialmente a través de los cuidados médicos).

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