¿Un "chantaje" contra el Sur?

Una gran amenaza -que un alto diplomático de un país sureño no duda en calificar de "chantaje"- se cierne sobre los países de la cohesión. Consiste en que Holanda anunció la semana pasada -y su ministro de Finanzas, el viejo conocido Gerrit Zalm, lo ratificó ayer- que vetará la aprobación de la Agenda 2000 (los gastos para el primer septenio del siglo próximo) si antes, o al mismo tiempo, los Quince no aprueban la reforma del sistema de recursos propios o ingresos presupuestarios.Naturalmente, la modificación debería ir en sentido favorable a las demandas de reequilibrio entre aportaciones y t...

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Una gran amenaza -que un alto diplomático de un país sureño no duda en calificar de "chantaje"- se cierne sobre los países de la cohesión. Consiste en que Holanda anunció la semana pasada -y su ministro de Finanzas, el viejo conocido Gerrit Zalm, lo ratificó ayer- que vetará la aprobación de la Agenda 2000 (los gastos para el primer septenio del siglo próximo) si antes, o al mismo tiempo, los Quince no aprueban la reforma del sistema de recursos propios o ingresos presupuestarios.Naturalmente, la modificación debería ir en sentido favorable a las demandas de reequilibrio entre aportaciones y transferencias presupuestarios de los contribuyentes netos de la banda de los cuatro (la propia Holanda, Alemania, Suecia y Austria).

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El bloqueo de la Agenda 2000 conlleva peligros, pues, pese a algunos matices, es muy favorable a los intereses españoles y, en general, a los países menos prósperos, que se benefician de la política estructural o de reequilibrio de la renta territorial. Más aún: hay quien sostiene que una de sus líneas, el Fondo de Cohesión (un cuarto de billón de pesetas anual para España) peligraría. Pues en caso de desacuerdo, la prórroga presupuestaria mensual, por doceavas partes, no se puede aplicar a ese Fondo.

La ministra danesa, Marianne Jelved, alertó sobre el peligro al criticar el posible "bloqueo de la Agenda 2.000" y al afirmar que la insistencia en las contribuciones netas que practica la mayoría de los ricos y el propio informe de la Comisión "son útiles para no discutir las reformas de las políticas y para enmascarar el debate".

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