La depuradora del Guadiamar alcanza los 50.000 metros cúbicos diarios de agua tóxica tratada

El desembalse de los cerca de cuatro hectómetros cúbicos de aguas tóxicas que guardaban los diques de Entremuros desde el pasado 25 de abril "es un problema superado". Félix Pérez Miyares, coordinador del Gobierno para las actuaciones en el Guadiamar, aseguró que la puesta en marcha de la nueva depuradora- ayer trató 50.000 metros cúbicos-, y la evaporación permitirán acabar la operación en septiembre. Según la comisión Junta-Gobierno se han desembalsado más de dos hectómetros cúbicos al Guadalquivir, cifras puestas en duda por la asociación ecologista CEPA.

La depuradora proyectada por...

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El desembalse de los cerca de cuatro hectómetros cúbicos de aguas tóxicas que guardaban los diques de Entremuros desde el pasado 25 de abril "es un problema superado". Félix Pérez Miyares, coordinador del Gobierno para las actuaciones en el Guadiamar, aseguró que la puesta en marcha de la nueva depuradora- ayer trató 50.000 metros cúbicos-, y la evaporación permitirán acabar la operación en septiembre. Según la comisión Junta-Gobierno se han desembalsado más de dos hectómetros cúbicos al Guadalquivir, cifras puestas en duda por la asociación ecologista CEPA.

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La depuradora proyectada por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) está preparada para tratar hasta 70.000 metros cúbicos diarios de aguas tóxica, pero el coordinador del Gobierno no cree que se llegue a utilizar la capacidad máxima de la instalación, que ha costado al Ministerio de Medio Ambiente 1.100 millones de pesetas. "Por la evaporación y lo ya tratado, el nivel ya ha bajado mucho y las bombas sacan menos agua", aclaró Pérez Miyares, quién indicó que, hasta ayer, se habían desembalsado al Guadalquivir 2.398.000 metros cúbicos. La mayor parte del agua tóxica, 1.280.000 metros cúbicos, ha sido tratada con carbonato cálcico en una balsa anexa a la nueva depuradora. Greenpeace ha alertado de que este reactivo químico sólo hace precipitar el cinc, mientras que el agua que pasa por la nueva depuradora, 170.000 metros cúbicos hasta ayer, es tratada con un arsenal de reactivos que facilita la precipitación de todos los metales pesados. A las críticas ecologistas se sumó ayer la CEPA que, en un comunicado, puso en duda que la depuradora estuviera en funcionamiento y que la demora "busca que las aguas de Entremuros se evaporen". "La CEPA se inventa los datos", respondió Pérez Miyares quien tildó a los ecologistas de "mentirosos". "Los dos primeros días" -la depuradora fue inaugurada por la ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, hace una semana-, "se hicieron pruebas, pero desde entonces funciona perfectamente". El coordinador consideró que la retirada de los suelos contaminados en Entremuros tras el desembalse es un "problema acotado" que sólo afecta a una pequeña parte de las 1.500 hectáreas de la zona.

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