Los pequeños editores reclaman su papel en la cultura y en el mercado

250.000 millones de páginas se fotocopian cada año en Iberomérica

El 14º Encuentro de Editores, que se clausura hoy en Santander, sirvió ayer para que los pequeños editores pudieran reclamar su papel dentro del mundo de la cultura y el mercado. Y se habló de un tema que obsesiona a todos : las fotocopias ilegales. Según Federico Ibáñez, presidente del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) se fotocopian ilegalmente 250.000 millones de páginas al año en Iberoamérica.

En España, las reproducciones ilegales alcanzan los 25.000 millones de páginas. Según los últimos datos (1994) el fraude está entre los 10.000 y 15.000 millones de pesetas.La ava...

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El 14º Encuentro de Editores, que se clausura hoy en Santander, sirvió ayer para que los pequeños editores pudieran reclamar su papel dentro del mundo de la cultura y el mercado. Y se habló de un tema que obsesiona a todos : las fotocopias ilegales. Según Federico Ibáñez, presidente del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) se fotocopian ilegalmente 250.000 millones de páginas al año en Iberoamérica.

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En España, las reproducciones ilegales alcanzan los 25.000 millones de páginas. Según los últimos datos (1994) el fraude está entre los 10.000 y 15.000 millones de pesetas.La avalancha de estadísticas (casi todo el mundo está de acuerdo en que no son absolutamente fiables) no ocultó uno de los debates más interesantes de las jornadas. Los pequeños editores, representados por Manuel Borrás, de la valenciana Pre-Textos, tomaron el estrado de la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP), que acoge el encuentro, y defendieron a muerte su papel en la cultura y en el mercado.

Borrás hizo hincapié en los tres adjetivos que definen su condición: literarios, independientes y periféricos. "Se nos considedra periféricos por el hecho de radicar nuestras sedes en ciudades que no son Madrid ni Barcelona, por la falta de competitividad a nivel de infraestructuras y por los no pocos obstáculos dictados por el desinterés de nuestras instituciones hacia aquello que consideran una manifestación empresarial anecdótica dentro del tejido industrial general".

"Se nos considera independientes porque no nos hemos dejado vencer por las sustanciosas ofertas de compra por parte de los grandes grupos editoriales que hoy operan en España, en el caso mas optinista, o porque simplemente la vocación por escribir el mejor prólogo que un editor pueda escribir nunca: su catálogo".

El director de Pre-Textos dedicó buena parte de su intervención al tercer adjetivo, literarios, el que marca las distancias con sus antípodas, la del "editor industrial, figura, por demás, a todas luces legítima desde la perspectiva del mercado". "El editor literario es a nuestro buen entender el que básicamente no ha perdido la perspectiva de la lectura. El que gusta de la literatura y, en consecuencia, es capaz de aplicar, con acierto o sin él literatura, un criterio de excelencia derivado de esa práctica terapéutica en el ámbito de la cultura que supone la lectura".

"Hay que salvar la literatura de un mercado inmisericore con ella. Inmisericorde por las contradicciones que ha generado el tener como soporte financiero la rotación que dicta la publicación desorbitada de novedades, que quiere defender la literatura en su difusión indiscriminada y que continúa poniéndola en último lugar".

Borrás se extendió ampliamente sobre las oportunidades iberoamericanas de la edición independiente y de cómo repercutió en ella la larga crisis de los ochenta. Destacó los resultados desastrosos de una fecha emblemática , 1992. "Qué gran oportunidad se perdió en aquel momento. España gozaba de una economía boyante, era la circunstancia propicia para afianzar, desde instancias institucionales, una política cultural de verdadero intercambio entre las dos orillas. Todo quedó en un puro fuego de artificio, en el que, no nos cabe la menor duda, parte del sector saldría beneficiado. Pero, ¿a costa de qué? A costa de no sentar las bases para una estabilidad futura. En aquella ocasión no se llegó al más mínimo acuerdo. Y en este punto nos encontramos aún hoy en día".

Expansión

El director general del Libro, Fernando Rodríguez Lafuente, respondió, en conferencia de prensa, con nuevos detalles sobre el plan de ayuda a los pequeños y medianos editores para su expansión en Iberoamérica: se dotará su participación en ferias, foros y debates.El presupuesto no está aún decidido, pero "será más de lo que esperan los editores". ¿Y qué esperan ? "Entre 10 y 15 millones de pesetas y será más del doble", respondió Rodríguez Lafuente. "Estamos encantados de que la Administración supere nuestras expectativas", afirmó, irónico, el presidente de la Federación de Gremios de Editores, Juan de Isasa, quien opina que no es cierto que se editen demasiados libros en España y considera positivo que haya cada vez más iniciativas editoriales.

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