Joel Peter Witkin cree que la cámara "saca la vida fuera del tiempo"

El fotógrafo explica su forma de trabajar en un curso de El Escorial

El fotógrafo norteamericano Joel Peter Witkin (Nueva York, 1939) opina que "la cámara saca la vida fuera del tiempo". Witkin explicó ayer en uno de los cursos de El Escorial 40 años de imágenes a través de 70 diapositivas, con sus "cuadros" donde conviven lo escatológico y una escenografía llena de símbolos. Hace diez años, montó su primera antológica europea en el Museo Nacional Reina Sofía, que tiene seis obras suyas.

Witkin intervino ayer en el curso de verano sobre coleccionismo y difusión de la fotografía que se celebra esta semana en El Escorial, dirigido por Rosalind Williams, di...

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El fotógrafo norteamericano Joel Peter Witkin (Nueva York, 1939) opina que "la cámara saca la vida fuera del tiempo". Witkin explicó ayer en uno de los cursos de El Escorial 40 años de imágenes a través de 70 diapositivas, con sus "cuadros" donde conviven lo escatológico y una escenografía llena de símbolos. Hace diez años, montó su primera antológica europea en el Museo Nacional Reina Sofía, que tiene seis obras suyas.

Witkin intervino ayer en el curso de verano sobre coleccionismo y difusión de la fotografía que se celebra esta semana en El Escorial, dirigido por Rosalind Williams, directora de Photo Projects, quien destacó la formación académica en Bellas Artes del fotógrafo."He contribuido a la creación de imágenes como producto de una visión sagrada y moralista, en un trabajo que celebra el misterio y el esplendor de estar en la vida". Witkin explica su vinculación a la fotografía desde un sueño que tuvo hace años donde un ángel identificaba a un bebé rebelde con una cámara y le anunciaba que iba a ser "cazador en la oscuridad, acusado de confundir la vida con la muerte y el horror con la belleza". Witkin mostró una de sus primeras fotos, a los 12 años, con una cámara japonesa de plástico, sobre una boda, que le permite referirse a la secuencia del tiempo y su personal forma de trabajar. "Todo está basado en la fe en que algo ha ocurrido, en ese impulso inocente de crear movimiento a través de una cámara".

"La vida misma es una fotografía", dice Witkin, que se mueve por buscar algo nuevo, "un potencial de redención" entre lo terrenal y lo divino. Se confiesa un "artista cristiano" y sus obras reflejan sus orígenes -padre ruso judío y madre católica-y su biografía. "Me interesaba todo lo relacionado con la necesidad de comprender lo que es sagrado, lo que lleva a Dios a la tierra, bajar a Dios a mi vida y poder fotografiar al infinito dador de la vida".

Máscara

Los comentarios de Witkin se dirigen hacia los sujetos de las imágenes y a su representación, además de algunos aspectos técnicos, como los rayados y virados, que estudia a partir de cristales o daguerrotipos. "Un factor clave en mi trabajo es que la superficie fotográfica no es sagrada, unido a la idea de participación humana en el proceso de impresión". En las imágenes aparecen la utilización de la máscara, de las telas en los fondos y la realización de esculturas hasta crear unas representaciones complejas.La vida y la muerte, las referencias a cuadros de artistas, como Velázquez -tiene una reconstrucción de Las meninas por encargo del Reina Sofía-, Picasso y Delacroix; el interés por lo patológico, forman parte de la iconografía de Witkin. El autor explica sobre todo su relación con los modelos, con las personas que lleva a situarlas en una escenografía concreta. "Me interesa sacar fotos para indicar dónde estoy en mi evolución espiritual".

Estiramiento de testículos, Teatro de muerte, Una mujer antes un pájaro, Tres tipos de mujeres, Fiesta de locos, Hombre sin cabeza son algunos de los títulos de sus trabajos, que comenta con detalle las circunstancias de los encuentros en distintos lugares, como Nueva York, Los Ángeles, México, París o Berlín, y que formarán un libro con las estrategias seguidas hasta concretarse en una foto. Con frecuencia aparecen travestis y cadáveres, restos humanos con los que compone naturalezas muertas. Aclara que trabaja con "cuerpos no reclamados". Otras veces son piezas, como esqueletos, que proceden de almacenes de museos. Witkin terminó sus comentarios con una declaración donde señala como temas recurrentes la alienación y la ansiedad. Como autor se sitúa en el contaste entre la imagen real y su intención subjetiva, "una zona entre la vida y la muerte".

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