Ecologistas ocupan la planta de lindane durante la visita de los expertos

Un grupo de ecologistas penetraron ayer, pese a las medidas de seguridad, en la planta de tratamiento del pesticida tóxico lindane en Barakaldo (Vizcaya) durante la visita al lugar del centenar de especialistas en la materia que asisten en Leioa al V Foro Internacional de HCH y Pesticidas. Esta ocupación, con la que quisieron expresar su rechazo a la ubicación de la planta de tratamiento promovida por el Gobierno Vasco, es la sexta que protagonizan ecologistas y vecinos. La protesta comenzó las 6 de la mañana, cuando un grupo de cinco ecologistas intentó acceder a la planta escalando un muro,...

Un grupo de ecologistas penetraron ayer, pese a las medidas de seguridad, en la planta de tratamiento del pesticida tóxico lindane en Barakaldo (Vizcaya) durante la visita al lugar del centenar de especialistas en la materia que asisten en Leioa al V Foro Internacional de HCH y Pesticidas. Esta ocupación, con la que quisieron expresar su rechazo a la ubicación de la planta de tratamiento promovida por el Gobierno Vasco, es la sexta que protagonizan ecologistas y vecinos. La protesta comenzó las 6 de la mañana, cuando un grupo de cinco ecologistas intentó acceder a la planta escalando un muro, pero fueron detectados por un guarda jurado y únicamente pudieron encaramarse dos personas a la tapia, colocando una pancarta contra la instalación. Mientras tanto, sin que los servicios de seguridad de la planta ni la Ertzaintza se dieran cuenta, otros dos ecologistas accedieron a las instalaciones por la parte trasera y se escondieron en lo alto de un depósito de agua, sin que fuesen detectados hasta las 9 de la mañana. Los activistas del depósito desplegaron una pancarta y corearon gritos exigiendo un referendo sobre la planta de lindane, mientras sus compañeros repartían impresos contra la instalación química, coincidiendo con la llegada de un autobus y varios taxis en los que viajaban el centenar de expertos internacionales que particiapn en dicho foro. Uno de los ecologistas encaramados al muro se deslizó al interior del recinto y repartió pasquines entre los especialistas que visitaban la planta, abandonando posteriormente el lugar, momento en el que dos agentes de la Ertzaintza le esposaron y expulsaron del recinto, tras lo cual quedó en libertad.