En órbita
La velada traía aroma de años noventa con guitarras distorsionadas y mucha atmósfera juvenil. Abrían Cecilia Ann, quinteto madrileño cuyas directrices musicales no se alejan demasiado de las del cabeza de cartel. En cualquier caso, dejaron el ambiente a la temperatura ideal para la irrupción en escena del cantante J. y sus correligionarios.Los Planetas exhibieron desde el primer compás un armazón de sonido que le aleja de la fragilidad de sus inicios y que, de paso, se convierte en perífrasis de lo sucedido con el llamado rock independiente español de la presente década: para sobrevivir como n...
La velada traía aroma de años noventa con guitarras distorsionadas y mucha atmósfera juvenil. Abrían Cecilia Ann, quinteto madrileño cuyas directrices musicales no se alejan demasiado de las del cabeza de cartel. En cualquier caso, dejaron el ambiente a la temperatura ideal para la irrupción en escena del cantante J. y sus correligionarios.Los Planetas exhibieron desde el primer compás un armazón de sonido que le aleja de la fragilidad de sus inicios y que, de paso, se convierte en perífrasis de lo sucedido con el llamado rock independiente español de la presente década: para sobrevivir como negocio hay que crecer y alejarse de modo razonable de planteamientos estéticos excesivamente puristas. Los Planetas están en órbita y actúan en directo como un grupo grande. Y de grande es el tratamiento que les deparó el entregado público.
Los Planetas y Cecilia Ann Sala Canciller
1.500 pesetas. Madrid, sábado 23 de mayo.
Repasaron los temas de Una semana en el motor de un autobús , entre los que hay que resaltar Cumpleaños total y la Parte de lo que me debes, dejando que la voz de J., la guitarra de Florent y los enriquecedores sonidos del teclado de Banin trenzaran la columna de sonido. Para disfrute del respetable, también sonaron algunos viejos éxitos del grupo, como David y Claudia y La caja del diablo.