Un milagro en forma de piedra
Su nombre técnico es arcilla expandida. Tiene el aspecto de una piedra de color pardo muy porosa porque está formada por centenares de gránulos esféricos. Y una propiedad milagrosa: absorbe los metales pesados -mercurio, cadmio, arsénico- y neutraliza la acidez del agua. Justo lo que necesitan las aguas y tierras de Doñana.Aunque no existe un estudio sobre su efectividad en grandes superficies, un profesor de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Blanco, afirma que su uso sería «fácil y relativamente barato». Según él bastaría con echar este material sobre la superficie contaminada y dejar ...
Su nombre técnico es arcilla expandida. Tiene el aspecto de una piedra de color pardo muy porosa porque está formada por centenares de gránulos esféricos. Y una propiedad milagrosa: absorbe los metales pesados -mercurio, cadmio, arsénico- y neutraliza la acidez del agua. Justo lo que necesitan las aguas y tierras de Doñana.Aunque no existe un estudio sobre su efectividad en grandes superficies, un profesor de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Blanco, afirma que su uso sería «fácil y relativamente barato». Según él bastaría con echar este material sobre la superficie contaminada y dejar que actuara durante varios días.
En España se comercializa bajo el nombre de arlita y su precio varía de 10.000 a 25.000 pesetas el metro cúbico. Javier López, responsable del departamento técnico de Áridos Ligeros, S A, la única empresa que explota la patente, reconoce las propiedades depuradoras de este tipo de arcilla, pero no está tan seguro de que pueda resolver por sí sola el problema de Doñana. «Sería complicado», explica, porque «el terreno dañado es enorme».
El departamento de Geología y Minería de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega empleó este tipo de arcilla para lavar agua contaminada con metales pesados y aceite. Los resultados, aunque a muy pequeña escala, fueron alentadores: el aceite desapareció, la concentración de cobre se redujo en un 99,4%, y la del resto de metales pesados quedó por debajo de los niveles máximos autorizados. El experimento se hizo en un laboratorio el año pasado, pero sólo con agua y a través de un filtro de arlita. Las conclusiones del estudio afirmaban que había que perfeccionar la técnica para optimizar resultados.
La arlita se emplea en la construcción y para aislar edificios desde hace más de 30 años. Más recientemente se empezó a usar en depuradoras de agua. Por eso parece factible como técnica para depurar el agua de Doñana. Más complicado sería emplearlo en la tierra arrasada.