CONVENCIÓN SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO

Los negociadores intentan incorporar los llamados sumideros de dióxido de carbono

Una de las cuestiones sumergidas en los debates mas técnicos y difíciles en la cumbre de Kioto son los llamados sumideros de CO2, un intento de utilizar los propios mecanismos de la naturaleza a favor de la reducción de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera e introducirlos en los acuerdos políticos.El carbono tiene un ciclo natural entre la biosfera y la atmósfera por la función fotosintética de las plantas, que captan CO2 y lO transforman en hidratos de carbono. Luego, tras la putrefacción de la planta, el carbono va al suelo y acaba volviendo a la atmósfera. Árboles...

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Una de las cuestiones sumergidas en los debates mas técnicos y difíciles en la cumbre de Kioto son los llamados sumideros de CO2, un intento de utilizar los propios mecanismos de la naturaleza a favor de la reducción de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera e introducirlos en los acuerdos políticos.El carbono tiene un ciclo natural entre la biosfera y la atmósfera por la función fotosintética de las plantas, que captan CO2 y lO transforman en hidratos de carbono. Luego, tras la putrefacción de la planta, el carbono va al suelo y acaba volviendo a la atmósfera. Árboles, arbustos, pastizales y el propio suelo entran en el ciclo natural del carbono.

También el océano es un sumidero de C02, pero es mucho más difícil de intervenir en él.

Puesto que para mitigar el cambio climático lo que se discute es el balance neto de emisiones de gases de efecto invernadero, que en exceso sobre la situación natural hasta ahora, calientan la atmósfera, los sumideros, podrían contabilizarse para contrarrestar las emisiones directas de los países.

El problema, no se cansan de advertir los científicos y de recordar los más reacios a apoyar esta medida si. no es con condiciones y regulaciones estrictas, es que hay todavía muchas incertidumbres acerca de los sumideros, ya que no se sabe aún contabilizar con precisión la respuesta de los ecosistemas. No está claro cómo van a reaccionar los propios bosques al cambio climático que se intenta mitigar y no se puede predecir con precisión cuánto CO2 pueden absorber estos sistemas.

Además hay que tener en cuenta que sólo los bosques jóvenes, en crecimiento, tienen un balance positivo de absorción de CO2; luego, el bosque adulto se equilibra en el ciclo del carbono.

Los negociadores políticos saben que es mucho más difícil medir y cuantificar los sumideros que las emisiones, de ahí la dificultad de alcanzar acuerdos sobre el descuento que la creación de estos absorbentes de gases pueda computar en la factura de cada uno. La UE, entre otros, puntualiza que en todo caso sólo pueden tenerse en cuenta, a la hora de que un país se descuente sumideros, los bosques gestionados, es decir, aquellos en que hay una intervención humana directa para lograr el objetivo de absorción. Tener un territorio naturalmente arbolado no vale a la hora de este cómputo.

Esta condición, por una parte, podría tener un impacto positivo donde incentivara la reforestación, pero los grupos ecologistas han advertido del peligro que supone la tala de bosques adultos, consolidados, para crear nuevos bosques que contabilicen en el saldo de emisiones.

Uno de los aspectos básicos de los trabajos de investigación sintetizados por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) es realizar modelos cada vez mejores del ciclo del carbono, que además tengan en cuenta la influencia de los cambios climáticos. En su último informe, el IPCC advierte que la mayoría de los modelos del ciclo del carbono incluyen únicamente representaciones simples de los procesos terrestres, mientras que los componentes oceánicos varían en complejidad.

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