Los humoristas dialogan sobre su papel durante la dictadura

El encuentro Cultura y disidencia. La lucha por las libertades durante la dictadura, que se desarrolla estos días en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, convocó ayer a un grupo de los más destacados humoristas gráficos que empezaron su carrera en esos años. "Con este acto hemos querido hacer una especie de retrato de familia de quienes, durante la dictadura, empezamos con el humor gráfico, esa actividad tan marginal, subsidiaria y extravagante dentro del periodismo", afirma Máximo, coordinador del encuentro.

Entre los convocados estaban Forges, Peridis, El Roto, Julio Cebri...

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El encuentro Cultura y disidencia. La lucha por las libertades durante la dictadura, que se desarrolla estos días en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, convocó ayer a un grupo de los más destacados humoristas gráficos que empezaron su carrera en esos años. "Con este acto hemos querido hacer una especie de retrato de familia de quienes, durante la dictadura, empezamos con el humor gráfico, esa actividad tan marginal, subsidiaria y extravagante dentro del periodismo", afirma Máximo, coordinador del encuentro.

Entre los convocados estaban Forges, Peridis, El Roto, Julio Cebrián, Cesc, Chumy Chúmez, Martín Morales, Iván Tubau, Mingote, Luis Carandell y Manuel Vázquez Montalbán.

"La dictadura fue muy larga y los casos y experiencias de cada uno de nosotros fueron distintos, algunos estaban más politizados que otros, pero en general se puede decir que el humor gráfico en ese momento contribuyó a la transición. No hay un humor reaccionario en España en los últimos años de la vida de Franco opina Máximo.

Respecto al papel que jugaron estos artistas en esos años, Máximo prefiere aclarar los términos. "Se puede decir que nuestra actitud era de, disidencia, pero no me atreveria a compararla con la lucha de la resistencia y quienes fueron a parar a la cárcel o fueron fusilados por ello".

En esos años los humoristas inventaron un lenguaje propio que les permitió ser críticos con la España de entonces, sin caer en las alusiones más obvias. "Durante la dictadura no se podía hacer un humor político explícito, con nombres y apellidos. Teníamos que abordar aspectos más generales de la vida del país. Sólo el hecho de usar palabras como democracia y libertad era ya una forma de disidencia".

"En esa época, sobre todo en los últimos 10 a 15 años de la vida de Franco, no había quien nos enseñase a ser demócratas. Éramos todos autodidactas".

El encuentro fue precedido por la proyección de la comedia Plácido, de Luis García Berlanga.

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