Javier Pradera y Baltasar Porcel debaten sobre la diferencia de climas políticos en Madrid y Barcelona

Dos climas políticos era el tema de la conferencia que se celebró ayer en el Centre de Cultura Contemporánea, de Barcelona, dentro del ciclo paralelo a la exposición Barcelona-Madrid, 1898-1998. Por la parte de Madrid intervino Javier Pradera, director de la revista Claves y columnista de EL PAÍS. Por Barcelona lo hizo Baltasar Porcel, director del Instituto de Estudios Mediterráneos, escritor y columnista de La Vanguardía. Ambos coincidieron en que la actual diferencia de climas políticos entre el "belicismo madrileño y el oasis catalán", en expresión del mode...

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Dos climas políticos era el tema de la conferencia que se celebró ayer en el Centre de Cultura Contemporánea, de Barcelona, dentro del ciclo paralelo a la exposición Barcelona-Madrid, 1898-1998. Por la parte de Madrid intervino Javier Pradera, director de la revista Claves y columnista de EL PAÍS. Por Barcelona lo hizo Baltasar Porcel, director del Instituto de Estudios Mediterráneos, escritor y columnista de La Vanguardía. Ambos coincidieron en que la actual diferencia de climas políticos entre el "belicismo madrileño y el oasis catalán", en expresión del moderador, Josep Ramoneda, era muy grande. Y avanzaron posibles explicaciones. En opinión de Pradera, las distintas características de la oferta electoral y de los medios de comunicación constituyen "factores discriminantes" entre las dos ciudades."En Madrid", señaló Pradera, "se tiende al monopolio político, dado que los resultados de las distintas elecciones -generales, autonómicas, municipales- siguen las mismas pautas en periodos de tiempo homogéneos. Hubo un momento en que todos los poderes estaban concentrados en manos del PSOE, y ahora lo están en manos del PP. En Cataluña y Barcelona, en cambio, una porción del electorado cambia su voto según el tipo de elección: muchos votan a CiU en las autonómicas, por ejemplo, y a los socialistas en las generales".

Por razón del reparto de poderes (Ayuntamiento socialista, Generalitat convergente y Gobierno central del PP), los ciudadanos de Barcelona están "mejor protegidos frente a los abusos del poder". Se trata, dijo Pradera, de "una cohabitación muy ventajosa" , complementada por el "doble eje divisorio catalán entre izquierda y derecha, por un lado, y nacionalistas y no nacionalistas, por otro, lo que aumenta las posibilidades de elección". Agregó un "elemento de calidad": "En una determinada elección municipal, ustedes, los barceloneses, podían elegir entre Pasqual Maragall y Miquel Roca. En Madrid, se trataba de optar entre José María Álvarez del Manzano y Juan Barranco, o sea, entre la peste y el cólera".

La prensa fue el otro factor diferencial citado por Pradera. "En Madrid", dijo, "tienen una gran penetración medios como los diarios El Mundo y ABC y la radio Cope, tendentes a crear un clima de crispación", mientras la dieta barcelonesa "es muy distinta".

Baltasar Porcel, por su parte, aventuró como razones de la diferencia la "homogeneidad de Madrid frente a la diversidad de Barcelona" en cuestiones como la lengua o la historia. "Barcelona está llena de ambigüedades", dijo. "No existe un poder real y vivimos con nuestras contradicciones. El gran problema aquí no es España, sino la propia Cataluña. En Madrid están el dinero, la Monarquía, el Museo del Prado, cosas mucho más concretas que la realidad catalana".

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