Las "equivocaciones europeas

Desde que en 1989 el imam Jomeini considerara que Versos satánicos era una novela blasfema contra el profeta Mahoma y condenara a muerte a Salman Rushdie, el escritor vive a salto de mata, en una relativa clandestinidad y vigilado día y noche por policías de Scotland Yard. La amenaza del régimen integrista islámico de Irán nunca fue una broma, pero el asesinato en 1991 del traductor al japonés del libro y el grave atentado que sufrió su traductor al italiano provocaron un escalofrío en la conciencia del mundo y una ola de protestas de todos los demócratas."Algunas cosas han cambiado en estos ...

Desde que en 1989 el imam Jomeini considerara que Versos satánicos era una novela blasfema contra el profeta Mahoma y condenara a muerte a Salman Rushdie, el escritor vive a salto de mata, en una relativa clandestinidad y vigilado día y noche por policías de Scotland Yard. La amenaza del régimen integrista islámico de Irán nunca fue una broma, pero el asesinato en 1991 del traductor al japonés del libro y el grave atentado que sufrió su traductor al italiano provocaron un escalofrío en la conciencia del mundo y una ola de protestas de todos los demócratas."Algunas cosas han cambiado en estos nueve anos", señala el escritor, "porque si no ya estaría muerto, pero la fatwa no ha sido retirada, pese a la liberalización que parece vivir el régimen de Teherán en los últimos tiempos.

De todos modos, países como Francia o Alemania han dado prioridad a sus relaciones económicas con Irán por encima de cuestiones de principios, y tengo que afirmar que la postura de EE UU frente a Irán ha sido correcta, frente a las equivocaciones europeas. Washington piensa que si se ayuda a la reconstrucción de un país arruinado como Irán, se está apoyando el terrorismo".

No obstante, la divisa de Rushdie es que la vida sigue y, pese a estar refugiado en su ámbito privado, no renuncia a las apariciones públicas- de un escritor, como firmas de libros o conferencias. "Es un error quedarse en casa. La libertad se conquista, no te la regalan. Mostrar que puedo tener libertad personal es, por ahora, mi gran victoria. Intento controlar la situación y me niego a tener un sentimiento trágico de la vida".