Colombia se divide ante la oferta de paz de Samper a la guerrilla

Distintas reacciones ha suscitado el anuncio del Gobierno colombiano de facilitar una reunión con la guerrilla con miras a sentar las bases para un proceso de paz. Mientras para unos es positivo y señal clara de la voluntad política del presidente Ernesto Samper para salir de la encrucijada de violencia, para otros no es más que el reflejo de un Estado débil dispuesto a entregarlo todo a una insurgencia que controla medio país. "Samper se arrodilló ante los narcotraficantes; luego se arrodilló ante Estados Unidos; ahora se arrodilla ante la guerrilla; es un arrodillado", dijo uno de sus más fu...

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Distintas reacciones ha suscitado el anuncio del Gobierno colombiano de facilitar una reunión con la guerrilla con miras a sentar las bases para un proceso de paz. Mientras para unos es positivo y señal clara de la voluntad política del presidente Ernesto Samper para salir de la encrucijada de violencia, para otros no es más que el reflejo de un Estado débil dispuesto a entregarlo todo a una insurgencia que controla medio país. "Samper se arrodilló ante los narcotraficantes; luego se arrodilló ante Estados Unidos; ahora se arrodilla ante la guerrilla; es un arrodillado", dijo uno de sus más fuertes opositores, el ultraconservador Pablo Victoria.En un corto mensaje antes de viajar a Paraguay para asistir a la reunión del Grupo de Río, el viernes por la tarde, Samper aseguró estar dispuesto a crear una zona de distensión desmilitarizada durante un plazo determinado para facilitar que la "la guerrilla manifieste de manera clara y expresa su voluntad de discutir y firmar un acuerdo marco para la paz". Este acuerdo sería una especie de pacto para definir el qué, cómo, cuándo, dónde y quiénes se sentarían finalmente a negociar.

No es la primera vez que este Gobierno saca la bandera blanca de la paz. Muchos de sus críticos dicen que la ha utilizado hábil mente cada vez que se ve cercado por los problemas. Pero lo cierto es que se trata de la primera vez que el Gobierno dice sí a una vieja petición de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el primer grupo guerrillero del país: despejar militarmente cuatro municipios que siempre consideraron territorio suyo.

Samper pidió a la guerrilla una demostración completa de su voluntad política: permitir la realización en paz de las elecciones, regionales del 26 de octubre. Guerrilla y paramilitares, que se disputan el poder político y territorial a lo largo y ancho de Colombia, están sembrando el terror para sabotear la contienda electoral.

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