Checa dice que Felipe II no puede entenderse sin "su afición artística"

El director del Museo del Prado participa en el ciclo sobre el polémico monarca

Como aperitivo de los actos del centenario que se celebrará el año próximo, el ciclo de la Universidad Autónoma de Madrid sobre Felipe II está rompiendo esa imagen tétrica y monolítica del rey. El director del Prado, Fernando Checa, destacó en su intervención de ayer el papel de "aficionado al arte y de mecenas" del monarca que puso las bases de las colecciones reales y, por tanto, del museo más importante de España. "Pero la construcción de El Escorial", comentó Checa "ha eclipsado la afición de Felipe II por la pintura".

El descomunal peso de la leyenda negra y de la Inquisición al an...

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Como aperitivo de los actos del centenario que se celebrará el año próximo, el ciclo de la Universidad Autónoma de Madrid sobre Felipe II está rompiendo esa imagen tétrica y monolítica del rey. El director del Prado, Fernando Checa, destacó en su intervención de ayer el papel de "aficionado al arte y de mecenas" del monarca que puso las bases de las colecciones reales y, por tanto, del museo más importante de España. "Pero la construcción de El Escorial", comentó Checa "ha eclipsado la afición de Felipe II por la pintura".

El descomunal peso de la leyenda negra y de la Inquisición al analizar el largo reinado de Felipe II ha aparecido, una y otra vez, en las intervenciones de los historiadores que intervienen desde el pasado día 14 en el cielo Felipe II y el arte de su tiempo, organizado por la Autónoma y la Fundación Argentaria. Checa admite que hasta hace bien poco los estudiosos habían insistido en las facetas políticas y militares del monarca que marcó el comienzo del Imperio español."Pero la figura de Felipe II no puede entenderse sin su afición artística", señaló el responsable del Prado quien añadió que "poco a poco comienza a conocerse y estudiarse esta faceta del rey". A juicio de Fernando Checa, "Felipe II y Felipe IV son los dos grandes coleccionistas de arte entre los reyes españoles".

Checa aprovechó ayer para anunciar que el Prado inaugura hoy cuatro nuevas salas de escultura, así como otras sobre la pintura del siglo XVIII que serán abiertas después del verano.

Admirador de Tiziano, El Bosco y Van der Weyden, el monarca de la leyenda negra Ilevó su afición hasta el punto de "vigilar la manera de colgar algunos cuadros". Según Checa, Felipe II cultivó la relación con diversos artistas, especialmente con el arquitecto Juan de Herrera, diseñador de El Escorial.

Flamencos e italianos

El historiador Miguel Morán atribuyó ayer a la leyenda negra el desconocimiento sobre los "aspectos amables de Felipe II". "Parece mentira", afirmó, "que haya que rehabilitar a estas alturas esta vertiente. El rey no fue un libertino, pero tampoco un reaccionario. Fue una personalidad compleja que ha sido estigmatizada por la visión de historiadores extranjeros". Tanto Checa como Morán coincidieron en que los gustos pictóricos de Felipe II se inclinaron por la escuela flamenca y la escuela italiana.¿Por qué ha prevalecido la imagen más oscurantista y dictatorial del rey? Morán responde: "Los españoles hemos hecho una dejación de nuestra historia en manos ajenas. Tal vez ha influido un cierto complejo de inferioridad, deudor de la generación del 98. Pero esa tendencia comienza a invertirse y en los últimos 15 o 20 años los historiadores españoles ya hemos revisado su figura. Ahora falta dar el paso de difundir esa visión más amplia y abierta de la trayectoria de Felipe Il".

Simbolismo de El Escorial

La pintura en sus múltiples aspectos ha sido el tema central de las conferencias y charlas del ciclo que se celebra en Miraflores de la Sierra (Madrid). Como hilo conductor los ponentes han destacado el refinado gusto de Felipe II, así como las cuantiosas inversiones que dedicó para formar la colección pictórica de San Lorenzo de El Escorial, una de las empresas artísticas más relevantes de la historia de España.Fernando Collar de Cáceres, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, analizó en su disertación el celo que se desplegó para elaborar la pintura religiosa de la Basílica. La elección de los motivos sagrados y el modo de representarlos respondían a criterios muy rígidos, ya que la ortodoxia católica marcó todo el reinado de Felipe II. Las normas eran aplicables tanto a pintores españoles como Sánchez Coello o italianos como Lucas Cambiaso o Tibaldi.

En la línea de subrayar el espíritu religioso que anima las obras de la segunda mitad del siglo XVI Antonio Martínez Ripoll, catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares, señaló en su intervención en el curso que el monasterio de El Escorial se convirtió "en un instrumento que refleja la voluntad divina".

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