La Bienal de Venecia premia a Abramovie y Richter

La dimisión de Maurizio Calvesi, único miembro italiano del jurado de la 47 a edición de la Bienal de Venecia, cuya organización le fue encomendada en dos ediciones anteriores, refleja la polémica suscitada por la decisión de conferir los dos premios principales, anunciados el pasado domingo durante la inauguración oficial de la muestra, a Marina Abramovic y Gerhard Richter. Calvesi anunció el sábado su renuncia, tras afirmar que sus colegas del jurado actuaban con "un vanguardismo ideológico" por el que la pintura debía quedar excluida de los premios.Richter es, sin embargo, un pintor. Nacido...

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La dimisión de Maurizio Calvesi, único miembro italiano del jurado de la 47 a edición de la Bienal de Venecia, cuya organización le fue encomendada en dos ediciones anteriores, refleja la polémica suscitada por la decisión de conferir los dos premios principales, anunciados el pasado domingo durante la inauguración oficial de la muestra, a Marina Abramovic y Gerhard Richter. Calvesi anunció el sábado su renuncia, tras afirmar que sus colegas del jurado actuaban con "un vanguardismo ideológico" por el que la pintura debía quedar excluida de los premios.Richter es, sin embargo, un pintor. Nacido en Dresde hace 65 años, presenta en la Bienal una serie de cuadros de formato medio y tonos acrílicos. Se da la circunstancia de que es el único artista que ha sido seleccionado tanto por el certamen de Venecia como por la Documenta de Kassel, que se innagurará el próximo sábado. Calvesi no objetaba el galardón a Richter, pero hubiera querido que el otro premio individual fuera a Anselm Kiefer.

El resto del jurado, integrado por Suzarme Pagé, directora del Museo de Arte Moderno de París; Klaus Biesenbach, director del Kunst Werke de Berlín; Kirk Varnedoe, director del MOMA de Nueva York, y Thomas Krens, del Guggenheim neoyorquino, consideraron que no podían premiar a dos alemanes.

El segundo premio fue asignado, finalmente, a Marina Abramovic, nacida en Belgrado hace 51 años, que presenta una instalación a base de escultura y vídeo en la que se habla de una delirante estrategia para exterminar a las ratas. Se trata de una alegoría de la crueldad y el desastre de la guerra, que incluye un montón de huesos de vaca pelados y bastante malolientes. Es una de las pocas obras de esta Bienal que destacan por su poder revulsivo.

El jurado asignó, además, los restantes premios del certamen, comenzando por el del mejor pabellón, otorgado a Francia. El pabellón francés, obra de Fabrice Hybert, presenta una discutible performance de la actividad desenfrenada en un estudio ficticio de televisión que excita la curiosidad de los visitantes para incorporarles como mirones.

Las menciones de honor han sido para la francesa Marie-Ange Guilleminot, el escultor belga Thierry de Cordier, el coreano Ik Joong-kan- y el japonés Mariko Mori. Los premios a la totalidad de la obra fueron para el italiano Emilio Vedova, veneciano de 78 años, y la norteamericana Agnes Martin, de 85.

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