ELECCIONES EE UU 1996

Los republicanos se aseguran el control del Senado y de la Cámara de Representantes

Los votantes dijeron el martes en las urnas que quieren un Gobierno equilibrado en el que el Legislativo y el Ejecutivo se vigilen mutuamente. Hastiados quizá del panorama político en general, compensaron la victoria de Bill Clinton renovando su confianza en un Congreso republicano, pero con un reparto de escaños más igualado. En el Senado, y a pesar de algunas importantes victorias de candidatos demócratas, los republicanos ganaron un escaño más v se aseguraron la mayoría. En la Cámara de Representantes, por el contrario, perdieron, 10 mientras los demócratas ganaban nueve, pero la fuerte ven...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los votantes dijeron el martes en las urnas que quieren un Gobierno equilibrado en el que el Legislativo y el Ejecutivo se vigilen mutuamente. Hastiados quizá del panorama político en general, compensaron la victoria de Bill Clinton renovando su confianza en un Congreso republicano, pero con un reparto de escaños más igualado. En el Senado, y a pesar de algunas importantes victorias de candidatos demócratas, los republicanos ganaron un escaño más v se aseguraron la mayoría. En la Cámara de Representantes, por el contrario, perdieron, 10 mientras los demócratas ganaban nueve, pero la fuerte ventaja anterior (235 a 197) permite a los republicanos seguir controlando ambas cámaras.

Más información

Se esfuma así por el momento la posibilidad, no descartada en las encuestas previas, de que un giro demócrata en el Congreso suavizara la gestión del presidente en su segundo mandato y relajara el acoso al que le han sometido las diversas comisiones que investigan los escándalos de Whitewater, Travelgate y los ficheros del FBI. Pero no se espera que un Gobierno dividido vuelva a paralizar a la Administración, como ocurrió a comienzos de 1995 por el exceso de celo de la llamada "revolución conservadora".En su discurso de la victoria en Little Rock (Arkansas), Clinton anunció su ánimo conciliador al declarar: "Cuando unimos nuestras manos, América siempre gana". Por su parte, Newt Gingrich, hasta ahora presidente de la Cámara de Representantes, que resultó reelegido por su distrito electoral de Georgia, también afirmó que su partido tenderá la mano al presidente, "quien, después de todo, ha hecho campaña por un presupuesto equilibrado, recortes de impuestos, lucha contra la droga". "En definitiva", continuó, "por todas las cosas que nosotros dijimos estar a favor".

Gingrich señaló también que se trataba de un momento histórico. En 1994, los republicanos habían alcanzado el control con unto de la Cámara de Representantes y el Senado por primera vez en 40 años. Ahora también se puede decir que este partido no disfrutaba de una renovación de esta mayoría en el Congreso desde 1928.

Los dos extremos

Pero no todo fue conciliación y compromiso. Dos senadores reelegidos simbolizan los extremos ideológicos que existen en EEUU. El ultraconservador Jesse Helms, cuyo apellido designa una ley de desgraciada fama en la comunidad internacional, ganó de nuevo su escaño por Carolina del Norte y decidió romper de inmediato la tónica moderada de su partido al declarar que "va a haber seis años más de tormento para Ted Kennedy y todos esos liberales", refiriéndose al senador demócrata de Massachusetts, que este año no se presentaba a reelección.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Por su parte, Paul Wellstone, el único senador demócrata que votó en contra de la ley de reforma de la salud pública firmada por Clinton, también se impuso en Minnesota al candidato republicano Rudy Boschwitz. En un intercambio de publicidad agresiva, éste había caracterizado a Wellstone como "un liberal vergonzante". El demócrata, situado muy a la izquierda en el seno del partido, no se inmutó por la etiqueta de: ultraliberal y persistió en su defensa de un plan de cobertura médica universal.

Otras dos significativas victorias en el Senado fueron las de los demócratas John Kerry (Massachusetts) y Robert Torricelli (Nueva Jersey). Sus batallas resumieron lo que fue la durísima carrera. electoral por el Congreso: los demócratas, queriendo identificar a los republicanos con la figura "extremista" de Newt Gingrich, y éstos, acusando a aquéllos de ser como el senador "liberal" Edward Kennedy.

A los votantes no les gusta ninguno de estos supuestos extremos y están hartos de la "publicidad negativa". Sin embargo, está demostrado que en EE UU ésta es extremadamente rentable y este año ha alcanzado cotas insólitas de ferocidad.

En la Cámara de Representantes, la reelección de Newt Gingrich vino acompañada por la victoria que obtuvieron la mayoría de los 73 nuevos congresistas que habían llegado al Capitolio -sede del Congreso- de su mano en enero de 1995.

Al tiempo que los votantes demostraron que se ha superado en parte el rechazo popular a los conservadores, las urnas decidieron, por otra parte, que la Cámara de Representantes estuviera más repartida: los demócratas ganaron nueve escaños y los republicanos perdieron 10. No obstante, el reparto de escaños no está cerrado del todo hasta que se cuenten las papeletas de votantes ausentes y se decida un desempate en el Estado de Tejas.

En el Estado de Carolina del Sur, el senador republicano Strom Thurmond, de 93 años, obtuvo la reelección por octava vez, con lo cual puede llegar al siglo de vida estando todavía en la Cámara alta.

Víctor Morales, candidato demócrata al Senado por Tejas, que realizó su frugal campaña a bordo de una camioneta, no pudo con los millones del conservador Phil Gramm.

También se celebraron elecciones para gobernador en 11 Estados norteamericanos. Al ganar la mayoría de los que se presentaban a reelección -tanto republicanos como demócratas- no hubo mayor sorpresa.

Archivado En