Un cadáver olvidado

Las imágenes de un posible desastre ecológico y los transeúntes protegiéndose con mascarillas sanitarias han enterrado en el olvido un cadáver ya previamente sepultado por la basura.A Joaquín Serantes, de 52 años, ordenanza de Radio Nacional de España, casado y con dos hijos, la avalancha de porquería del pasado día 12 no le dió tiempo a escapar. Serantes estaba de baja laboral por una lesión en una rodilla y había acudido a las inmediaciones del muelle de O Portiño a lavar el coche.

Los vecinos de la zona pudieron echar a correr antes de que les alcanzase el hediondo alud pero Sera...

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Las imágenes de un posible desastre ecológico y los transeúntes protegiéndose con mascarillas sanitarias han enterrado en el olvido un cadáver ya previamente sepultado por la basura.A Joaquín Serantes, de 52 años, ordenanza de Radio Nacional de España, casado y con dos hijos, la avalancha de porquería del pasado día 12 no le dió tiempo a escapar. Serantes estaba de baja laboral por una lesión en una rodilla y había acudido a las inmediaciones del muelle de O Portiño a lavar el coche.

Los vecinos de la zona pudieron echar a correr antes de que les alcanzase el hediondo alud pero Serantes que dó atrapado entre toneladas de desperdicios. Durante cinco días se buscó su cadáver. Sólo apareció el coche, completamente aplastado. Cuando los empleados municipales descubrieron las primeras grietas en la montaña de basura cundió el pánico a una nueva avalancha y hubo que acumular todos los esfuerzos en la retirada de desperdicios para impedir que llegasen al mar.

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El Ayuntamiento ha prometido que compensará económicamente a los familiares de la víctima, que a efectos legales es un desaparecido más por lo que no se le podría dar por muerto hasta dentro de 10 años. Pero la familia se siente olvidada. Critica especialmente que se haya abandonado la búsqueda del cadáver ya que, si no aparece en pocos días, se desvanecerá para siempre entre los desechos arrojados durante años al cubo de la basura por varios cien

tos de miles de personas.

El Ayuntamiento afronta además otro factor humano, el de los 200 vecinos de la zona próxima al vertedero, alojados en el pabellón. de deportes de Riazor, que se niegan a volver a sus casas. Los evacuados difundieron ayer un informe de la delegación de Sanidad en el que se advierte que de regresar a sus domicilios se enfrentarían a un riesgo de enfermedades infecto-contagiosas por la presencia de ratas e insectos.

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