Dos cornadas graves en el encierro de los Torrestrella

El pitón de los toros de Torrestrella se transforma en el encierro en un bisturí. Y ocurre simplemente que cuando cogen, calan. Los cuernos de esta ganadería no son terroríficos, ni afilados, pero el mínimo roce hace añicos. Peter Tasio, norteamericano de 22 años, murió corneado por uno de estos astados hace un año, y ayer los toros de la misma divisa empitonaron de gravedad a otros dos mozos.José Ramón Lacosta Aznar, pamplonés de 37 años y director ejecutivo, fue ayer el primer herido por los Torrestrella. El animal le arrolló al final de la Cuesta de Santo Domingo, frente al Ayuntamiento. Am...

El pitón de los toros de Torrestrella se transforma en el encierro en un bisturí. Y ocurre simplemente que cuando cogen, calan. Los cuernos de esta ganadería no son terroríficos, ni afilados, pero el mínimo roce hace añicos. Peter Tasio, norteamericano de 22 años, murió corneado por uno de estos astados hace un año, y ayer los toros de la misma divisa empitonaron de gravedad a otros dos mozos.José Ramón Lacosta Aznar, pamplonés de 37 años y director ejecutivo, fue ayer el primer herido por los Torrestrella. El animal le arrolló al final de la Cuesta de Santo Domingo, frente al Ayuntamiento. Ambos cayeron tras el topetazo. Sobre el adoquín, José Ramón, conocido como Monchu, sintió el asta en el glúteo. A continuación el cuerno le atravesó la parte interior del brazo.

La escalofriante escena activó los servicios de emergencia en el recorrido. El herido, casado y con cuatro hijas y que había venido a Pamplona desde Hondarribia a correr el encierro, se mostró sereno mientras era atendido por los miembros de Cruz Roja. "Estoy bien", murmuraba José Ramón. El médico le susurraba: "Tranquilo, tranquilo". Él replicaba: "No es grave, no es grave". El herido desconocía aún la gravedad de la cogida. "Al principio pensó que no era tanto", comentó ayer su madre en el hospital. "Él es fuerte y le quería quitar importancia", proseguía su madre, "pero yo que lo vi por la televisión me di cuenta de que era algo serio, aunque no creía que era tanto".

20 años en San Fermín

En el Hospital dé Navarra le diagnosticaron una herida en la axila de 15 centímetros que despeja el paquete nervioso vascular y le secciona el nervio radial, que produce parálisis del mismo. La lesión glútea tiene 20 centímetros de trayectoria ascendente y diseca el nervio ciático. Durante la mañana fue intervenido a lo largo de tres horas y media. Por la tarde, el herido asumió con frialdad la terrible cornada, la primera que sufre tras 20 años de participación en San Fermín. "Éstas son cosas que hay que aceptar en San Fermín", dijo.El otro herido de gravedad en el encierro fue Ángel Irurtia Imaz, pamplonés de 34 años, capitán del equipo de waterpolo La Reina. Fue corneado en Estafeta. Sufre herida de asta de toro con tres trayectorias: hacia el glúteo derecho, de 10 centímetros; pararrectal derecha, de 20 centímetros, y pararrectal izquierda, de 10 centímetros. Fue intervenido durante dos horas.

Cuatro corredores más acabaron el encierro en el hospital por contusiones y traumatismos: José Manuel García, de 32 años, con contusión torácica y abdominal; José María Adrados, de 26 años, con contusión en la pelvis; A. Z. O., con contusiones en la espalda y tobillo, y Mary Rocklein, de 52 años, norteamericana, con traumatismo en el hombro al caerse del vallado.

El mayoral de Torrestrella, Juan Cid, asegura que esta divisa es terrorífica: "Cuando un morlaco de éstos te coge, no te perdona". Según Cid, los torrestrellas son peligrosos porque "cuando embisten lo hacen con mucha fiereza".

El encierro de Torrestrella, tan rápido como peligroso, dará paso hoy a otra ganadería maligna en Pamplona. Los toros de Cebada Gago, que hoy saldrán al trayecto en el séptimo encierro de San Fermín, han causado 23 cornadas en los últimos 10 años. Diez más que los de Torrestrella en la misma década.