González confía en que el calendario no arrastre a la Unión Europea

El año 1998 será para la Unión Europea (UE) la fecha del irás y no volverás. Será en ese año cuando los europeos deberán tomar varias decisiones trascendentales, que ayer enumeró Felipe González, como presidente de turno de la UE, en el seminariocon el que la Fundación Banco Bilbao Vizcaya clausuró tres años de trabajos sobre el proyecto Visiones de Europa. Cuando llegue el año 2000, la suerte europea estará echada, como expresó Bronislaw Geremek, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento polaco.

González, temeroso de que el calenclario y los acontecimientos "arrast...

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El año 1998 será para la Unión Europea (UE) la fecha del irás y no volverás. Será en ese año cuando los europeos deberán tomar varias decisiones trascendentales, que ayer enumeró Felipe González, como presidente de turno de la UE, en el seminariocon el que la Fundación Banco Bilbao Vizcaya clausuró tres años de trabajos sobre el proyecto Visiones de Europa. Cuando llegue el año 2000, la suerte europea estará echada, como expresó Bronislaw Geremek, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento polaco.

González, temeroso de que el calenclario y los acontecimientos "arrastren" a la UE, hizo especial hincapié en la necesidad de que los líderes europeos sean capaces no sólo de "pilotar la construcción de Europa", sino también de hacerse con la complicidad de los ciudadanos. El único requisito es suficiente voluntad política.Felipe González reconoció que la mayoría de los actuales dirigentes europeos, entre los que se incluyó, no gozan precisamente de un liderazgo en alza, lo cual dificulta su capacidad para dar una respuesta adecuada a las cuatro grandes decisiones que deberían adoptarse en 1998: la ampliación de la Unión Europea a las naciones del este de Europa, determinar qué países conforman la Unión Económica y Monetaria, definir las perspectivas financieras para el cuatrienio que se inicia en 1999 y diseñar la arquitectura que vele por la seguridad conjunta de la Europa ampliada, conjurando el peligro de un eventual enfrentamiento con Rusia.

La batalla contra el paro es considerada por González como uno de los más importantes desafíos europeos. Por ello pretende que la próxima Conferencia Intergubernamental (cuyos trabajos anunció que se prolongarán un año a partir de la primavera del año que viene) incluya un compromiso de lucha contra la "plaga del desempleo".

Lluís Bassets, director adjunto de EL PAÍS y uno de los expertos participantes en el proyecto Visiones de Europa, propuso que la "masa crítica" para que fragüe "la voluntad de existir como Unión" esté conformada por el "triángulo de Weimar" (Alemania, Francia y Polonia) más España.

Capital humano

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El profesor italiano Carlo Pelanda, en una intervención muy crítica con el Tratado de Maastricht, hizo un llamamiento para que no se olvide que, además de ciudadanos de un país determinado, los europeos son también "ciudadanos del mercado global". Por ello, consideró que el deber fundamental del Estado debería consistir en invertir en capital humano, capaz de competir a escala no sólo nacional, sino global.

El proyecto europeo de la Fundación Banco Bilbao Vizcaya (BBV) ha incluido varios seminarios y entrevistas en profundidad con destacados políticos europeos, entre ellos González, Geremek, el presidente del Partido Popular español, José María Aznar; el anterior presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, y el jefe del Estado portugués, Mario Soares.

Para el presidente de la Fundación BBV, José Ángel Sánchez Asiaín, el objetivo de Visiones de Europa "no es tanto la construcción de una Unión reforzada, homogénea y burocratizada, selectiva y discriminativa, sino algo a la vez más sutil, más generoso y que en un primer posicionamiento intelectual se orienta hacia la promoción de un proyecto cívico de renovación de la democracia y de su ética de perfeccionamiento, en cada uno de los 15 países que actualmente forman la UE, y desde ellos hacia el resto de Europa".

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