PREMIO A UN DEFENSOR DE LA PAZ

El ministerio del miedo

Alrededor del coche, como ganado negro, olfateando y apuntando. La boca de una metralleta a los ojos: "¿Cómo te Damas, conductor?"."Seamus...". "¿Seamus?".

Una vez leyeron cartas mías en una barricada.

Y apuntaron sus linternas a tus jeroglíficos.

"Bonita letra" en muy florida mano.

Ulster era británico, mas sin derecho alguno.

A la lirica inglesa: y todo a nuestro alrededor,

aunque no le hayamos dado nombre, el ministerio del miedo.

(Fragmentos de 'El ministerio del miedo', del libro Norte. Traducción de Margarita Ardanaz)....

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Alrededor del coche, como ganado negro, olfateando y apuntando. La boca de una metralleta a los ojos: "¿Cómo te Damas, conductor?"."Seamus...". "¿Seamus?".

Una vez leyeron cartas mías en una barricada.

Y apuntaron sus linternas a tus jeroglíficos.

"Bonita letra" en muy florida mano.

Ulster era británico, mas sin derecho alguno.

A la lirica inglesa: y todo a nuestro alrededor,

aunque no le hayamos dado nombre, el ministerio del miedo.

(Fragmentos de 'El ministerio del miedo', del libro Norte. Traducción de Margarita Ardanaz).

Más información
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En