Clásicos

Dos grupos con sapiencia y solera abrieron musicalmente los tradicionales festejos del PCE en la Casa de Campo madrileña. Su suerte, sin embargo, es bien distinta: la reaparición de Asfalto, una banda señorial en el devenir del rock español, no ha cuajado entre las jóvenes generaciones. Pero en el recinto había numerosos aficionados veteranos que dieron buena cuenta de clásicos como el inevitable Días de escuela o Mis amigos, firmada por Topo, la formación hermana ya desaparecida. En la capital, el nombre de Asfalto aún tiene tirón. Y la solvencia de sus músicos garantizó...

Dos grupos con sapiencia y solera abrieron musicalmente los tradicionales festejos del PCE en la Casa de Campo madrileña. Su suerte, sin embargo, es bien distinta: la reaparición de Asfalto, una banda señorial en el devenir del rock español, no ha cuajado entre las jóvenes generaciones. Pero en el recinto había numerosos aficionados veteranos que dieron buena cuenta de clásicos como el inevitable Días de escuela o Mis amigos, firmada por Topo, la formación hermana ya desaparecida. En la capital, el nombre de Asfalto aún tiene tirón. Y la solvencia de sus músicos garantizó una hora de entretenimiento.El caso de Medina Azahara toma otros derroteros porque el grupo cordobés suma tres temporadas de éxito popular. En esta edad de oro, equiparable a la que vivió en sus inicios en plena vorágine del rock del sur, procura sacar el máximo provecho a tan deseable posición y no se da respiro de aquí para allá en un recorrido sin descanso. En esta oportunidad limitaron su repertorio, compuesto por unos temas propios que tienden a la estandarización y a la repetición de fórmulas, y un capítulo de versiones muy afortunadas. Un necesario parón no debe andar lejos.