Cartas al director

Entre las redes

Es lógico que Marruecos haga en sus aguas jurisdiccionales lo que le venga engaña respecto a la pesca, pero no a expensas nuestra. Vemos que sus gobernantes no se conforman con la cuota económica que aporta a sus arcas la Comunidad Europea, la cual se va incrementando periódicamente.Ahora van más lejos: exigen reducir nuestra flota de pesca y que ésta sea descargada en sus puertos para procesarla en conservas, salazón o congelados, enviarlas a nosotros y, sin pertenecer a ella, surtir a la Comunidad Europea, en detrimento de nuestros mercados en esos países que están invadidos por sus producto...

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Es lógico que Marruecos haga en sus aguas jurisdiccionales lo que le venga engaña respecto a la pesca, pero no a expensas nuestra. Vemos que sus gobernantes no se conforman con la cuota económica que aporta a sus arcas la Comunidad Europea, la cual se va incrementando periódicamente.Ahora van más lejos: exigen reducir nuestra flota de pesca y que ésta sea descargada en sus puertos para procesarla en conservas, salazón o congelados, enviarlas a nosotros y, sin pertenecer a ella, surtir a la Comunidad Europea, en detrimento de nuestros mercados en esos países que están invadidos por sus productos agrícolas. También imponen integrar más. compatriotas entre las tripulaciones, ya reducidas, de los nuestros, que están en el paro. Aún les parecen pocos los millares de sus súbditos a los que hemos dado entrada (según los últimos. datos, entre la colonia extranjera que hay en nuestra patria, ellos doblan a la más numerosa, eso sin contar los que llegan constantemente en las pateras). A este paso, ¿no será que en un futuro condicionarían la pesca a la entrega de nuestras plaza s fuertes como Ceuta y Melilla? ¡Basta ya! Ahora le toca a España jugar las cartas que tiene en la mano.

1. Denunciar el Tratado Tripartito de Madrid, donde nuestro Gobierno de transición, en 1976, traiciona al pueblo saharaui, en parte hermanado con nuestra cultura y lengua, abandonándolo a su suerte y permitiendo que se lo repartieran Marruecos y Mauritania (ésta última, presionada por la voracidad de su vecino, deja su parte de la tarta, que ahora hace un total de 266.000 kilómetros cuadrados).

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En aquella ocasión, España tenía que haber hecho igual que los demás países colonialistas antes de abandonar su mandato: dejar constituido en él un Gobierno y darle apoyo económico y militar.

2. Reconocer a la República Saharaui en el exilio y pagarles a sus legítimos dueños lo que abonamos al ocupante por pescar en el extenso banco sahariano, que en una parte limita con las islas Canarias. ¿Qué haría el Gobierno marroquí si también, le boicoteáramos sus productos y dejara de percibir los emolumentos de la Comunidad Europea?.

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