Tribuna:

Maestro del ensayo

Octavio Paz es, muy probablemente, el más deslumbrante ensayista de la literatura española desde la desaparición de Ortega y Gasset. Reúne todas las condiciones del ensayista genuino: cultura enciclopédica, estilo excepcional y visión propia del mundo. Con esas tres armas, ha elaborado una obra compleja, brillante, diversa, que ha transitado con rigor los caminos filosóficos del racionalismo posvitalista, se ha enfrentado a la crisis de las ideologías cosmogónicas, ha incorporado las conquistas del psicoanálisis y la subversión del surrealismo, ha integrado en nuestra cultura elementos claves ...

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Octavio Paz es, muy probablemente, el más deslumbrante ensayista de la literatura española desde la desaparición de Ortega y Gasset. Reúne todas las condiciones del ensayista genuino: cultura enciclopédica, estilo excepcional y visión propia del mundo. Con esas tres armas, ha elaborado una obra compleja, brillante, diversa, que ha transitado con rigor los caminos filosóficos del racionalismo posvitalista, se ha enfrentado a la crisis de las ideologías cosmogónicas, ha incorporado las conquistas del psicoanálisis y la subversión del surrealismo, ha integrado en nuestra cultura elementos claves del pensamiento oriental, ha asumido una mexicanidad radical y universal, ha reivindicado, en fin, un discurso cultural policéntrico y múltiple pero anclado en la visión sustantiva de lo humano como categoría fundante de toda organización y percepción de la realidad.Paz ha evolucionado desde el fervor libertario de su juventud hasta sus posiciones ultraliberales de estos últimos años, que lo han llevado a adoptar actitudes sumamente discutibles en episodios muy recientes, como la rebelión zapatista de Chiapas, que contrastan con las del dignísimo defensor de los derechos humanos que marcó el principio del fin del descrédito del PRI al dimitir en 1968 de su cargo de embajador en la India como protesta por la matanza de la Plaza de las Tres Culturas.

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Libros excepcionales jalonan este itinerario. Recordemos, entre otros, El laberinto de la soledad, El ogro filantrópico, El mono gramático y La llama doble. Este último (1993) demostró la juventud del maestro que, a sus casi 80 años, daba una soberbia lección de esplendor, goethiano y recorría, elegante y ágil, los arduos laberintos del amor y el erotismo. Sus ensayos han abarcado las materias más variadas: el estructuralismo y el arte moderno, el erotismo y la filosofia oriental, la superación de la dualidad alma-cuerpo de la cultura helénica, la concepción circular del tiempo, la salvación por el amor, la necesidad del otro, el vértigo de las vanguardias a la búsqueda de los orígenes, las máscaras y los rostros de su México originario. Llenos siempre sus ensayos de literatura, los específicamente literarios hacen de Paz uno de los maestros de la crítica contemporánea en español: valga su libro sobre sor Juana Inés de la Cruz, paradigma de crítica total (histórica, biográfica, estilística, hermenéutica), diálogo Con una figura del ayer emplazada en el devenir de su tiempo y del nuestro.

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