Reportaje:EXCURSIONES

Rayos, bombas y 'kamikazes'

Hoy ya nadie muere de amor. Como mucho, de sida. U ocasionalmente de celos ajenos, que es cuando un rafaeldepaula te empitona por un quítame allá esas pajas (con'perdón). Pero de amor a secas, nadie en absoluto, fue perder a su mujer y abandonarse en brazos de la parca. El joven rey no comía, el joven rey no dormía, y para mayor aflicción de los galenos, ni siquiera se lavaba. Retirado en el castillo de Villaviciosa de Odón, "aquí murió el señor rey don Fernando el Xesto en 10 de agosto de 1759": de tristeza, de locura y de amor.De aquellos años melancólicos, a Villaviciosa le queda el ...

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Hoy ya nadie muere de amor. Como mucho, de sida. U ocasionalmente de celos ajenos, que es cuando un rafaeldepaula te empitona por un quítame allá esas pajas (con'perdón). Pero de amor a secas, nadie en absoluto, fue perder a su mujer y abandonarse en brazos de la parca. El joven rey no comía, el joven rey no dormía, y para mayor aflicción de los galenos, ni siquiera se lavaba. Retirado en el castillo de Villaviciosa de Odón, "aquí murió el señor rey don Fernando el Xesto en 10 de agosto de 1759": de tristeza, de locura y de amor.De aquellos años melancólicos, a Villaviciosa le queda el castillo. O más bien de antes, puesto que fue erigido en el siglo XIII, asolado por los comuneros en el XVI y vuelto a erigir a finales del mismo por Herrera. Cuadrado, con tres torreones cilíndricos, otro cúbico y patio herreriano (lógicamente), el fuerte albergó también al preso Godoy tras el motín de Aranjuez y, desde 1972, es sede del Archivo General del Aire (ver EL PAÍS del 15 de marzo).

Fresas y espárragos

Además de la fortaleza, los villavicieros pueden ufanarse de fuente monumental -Ventura Rodríguez, 1738-, iglesia mona -de Santiago Apóstol-, casonas, callejas arboladas e incluso huertas. Porque a 10 kilómetros de la capital, con el agua clara de los arroyos de la Madre y de la Vega, aún se sacan fresas y espárragos notables. Hay quien ha venido a interesarse por un adosado -cientos en venta- y ha vuelto a casa con una escarola debajo del brazo...

El siguiente pueblo en el camino es Brunete. Si por alguna extraña razón -un problema auditivo, tal vez-, el viajero no ha oído hablar nunca de él, una placa estratégicamente ubicada lo rescatará de su limbo: "Esta plaza perpetúa la gran victoria de la batalla de Brunete en nuestra gloriosa cruzada de liberación. Año de MCMXXXVII". O sea, 1937. Tres años más tarde, la Comisaría de Regiones Devastadas se ocuparía de reconstruir lo que la Legión Cóndor alemana hizo puré. En un alarde de vanguardismo, tiraron del libro de Herrera y les salió una población de trazado rectilíneo, con plaza mayor cuadrada, edificios entre el neomudéjar y el neoclásico, y mucha piedra berroqueña. El caso es que Brunete ha ido ganando con el tiempo y ya casi no se nota que es de pega.

Serpenteando por entre dehesas de encinas y fincas de aire señorial, la carretera desemboca en Chapinería, que resulta ser otro enclave con anécdota bélica. Aquí parieron a Eloy Gonzalo, alias Cascorro, quien (es fama) se prestó voluntario durante la guerra de Cuba para organizar un incendio en la barricada enemiga.

Una lata de gasolina

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Previsiblemente, sus paisanos le han dedicado una travesía, una plaza y un monumento, en el que el kamikaze chapinero aparece corriendo con una lata de gasolina en, la mano y una cuerda en la cintura -ésta, para que fuera recuperado su cuerpo después del trabajito,- si es que la diñaba, lo cual no sucedió- Eso, el palacio de los marqueses de Villanueva de la Sagra y la iglesia de la Concepción (siglo XVIII, estilo Escorial) son lo más destacado del lugar.

Antes de finiquitar esta ruta, habrá que desviarse a mano derecha para acercarse a Colmenar del Arroyo, aunque sólo sea para escuchar de labios de los colmenarejos la historia del olmo herido por el rayo. El que hoy se alza en el centro de la villa es un joven sucesor de aquel otro, cinco veces centenario, que les arrebató una tormenta no hace mucho. Era su tótem. Y dicen que, al verlo caído, las mujeres lloraban y los hombres, disimulando, también.

En Navas,del Rey, cosa rara, no hay sucedidos escabrosos dignos de mención. Ni tampoco fábricas demasiado memorables. Si acaso, la iglesia blanca y barroca y los restos, casi irreconocibles, de un torreón árabe cerca del camposanto. Éste no lo arruinaron los comuneros, ni la Legión Cóndor, ni un pirómano local.

Comer castellanamente

Dónde. La ruta comienza en Villaviciosa, a 22 kilómetros de Madrid, y acaba en Navas del Rey, a 55 kilómetros. La M-501 -rotulada como a San Martín de Valdeiglesias- se toma sobre el kilómetro 12 de la carretera de Extremadura (A-5). Hay autobuses que llevan hacia Villaviciosa, Brunete, Chapinería y Navas del Rey (teléfono: 580 19 80).Cuándo. En Villaviciosa hay fiestas patronales el 20 y el 27 de septiembre (Cristo del Milagro y Virgen de la Soledad); en Brunete, alfombra de flores para celebrar el Corpus Christi (sobre el 30 de mayo), y en Navas del Rey, vía crucis viviente por Semana Santa.

Quién. La gente de estos Ayuntamientos puede ayudar a resolver cualquier duda sobre sus municipios: Víllaviciosa de 0dón, teléfono, 616 01 63; Brunete, teléfono, 815 90 66; Chapinería, teléfono, 865 11 02.

Cuánto. Por unas 2.000 pesetas se come castellanamente en el restaurante,El Ventorro (Extramuros, s/n. teléfono: 815 90 42), de Brunete. Por 4.000, en el vasco-navarro Asador Luxia (Bispo, s/n, Centro Puzzle, teléfono: 616 58 74), de Villaviciosa. En Chapinería, restaurante Veracruz (teléfono: 8.65 00 94): cochinillo y merluza a la vasca.

Y qué más. Visita recomendable dentro del castillo, el Archivo General del Aire (teléfono: 616 08 06). Se pueden consultar fondos, de 8.00 a 14.00, de lunes a viernes. El castillo es accesible sólo por las mañanas.

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