España presidirá una cumbre mediterránea

Felipe González anunció ayer que una vieja idea española se va a convertir en realidad. En su intervención ante la Conferencia Económica sobre Oriente Medio y Norte de África vaticinó que durante la presidencia española de la Unión Europea, en el segundo semestre de 1995, España organizará una cumbre mediterránea en la que participarían los países comunitarios y sus socios ribereños del Mare Nostrum.La cumbre que anunció el presidente del Gobierno debería suponer el arranque para el conjunto del Mediterráneo de un proceso de distensión ,algo similar al que vivió el Viejo Continente a partir de...

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Felipe González anunció ayer que una vieja idea española se va a convertir en realidad. En su intervención ante la Conferencia Económica sobre Oriente Medio y Norte de África vaticinó que durante la presidencia española de la Unión Europea, en el segundo semestre de 1995, España organizará una cumbre mediterránea en la que participarían los países comunitarios y sus socios ribereños del Mare Nostrum.La cumbre que anunció el presidente del Gobierno debería suponer el arranque para el conjunto del Mediterráneo de un proceso de distensión ,algo similar al que vivió el Viejo Continente a partir de 1975, cuando se puso en marcha la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE). Esta idea surgió en 1990, pero la invasión iraquí de Kuwait obligó a aplazar el proyecto.

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González empezó su discurso alabando la cooperación hispano-marroquí, "que también se extiende a asuntos políticos, educativos y sociales y permite resolver las dificultades que se presentan".

"Frente al extremismo y la intolerancia, afirmamos la interdependencia de las dos orillas del Mediterráneo y el valor de las iniciativas jóvenes en nuestras viejas ciudades", indicó González.

En una clara alusión a los extremistas palestinos de Hamas y a los islamistas radicales en Argelia, añadió: "Los que se oponen con ciega violencia a uno de los mayores esfuerzos pacificadores de nuestra época, tienen la lucha perdida; los violentos reciben el rechazo creciente de cuantos creemos que la vida humana no debe ser víctima inocente de la confrontación política".

Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Cataluña, no habló en la sesión inaugural, pero sí lo hizo a su llegada al aeropuerto. Acudió a Casablanca como invitado personal de Hassan II, que -explicó- probablemente había querido agradecerle así su insistencia en que "España ayude al desarrollo y progreso de Marruecos y del norte de África y defienda que Europa haga lo mismo".

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A González, Pujol le saludará probablemente en alguna recepción, pero no conversará con él en profundidad en Casablanca. En España ya dialogan con frecuencia y la última vez que lo hicieron fue el sábado por teléfono, según reveló González.

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