Joven o viejo

Con el título de Dalí, años de juventud, la exposición reúne monográficamente un muy completo conjunto de las obras que el surrealista catalán realizó hasta fines de la década de los veinte, cuando se alistó formalmente, en, el grupo parisiense capitaneado por Breton. Es la parte de la obra daliniana que más se atesora en nuestro país, lo que hace que sea la más vista y conocida por nuestro público, aunque se ha hecho el loable esfuerzo de completar esta parte con fondos hasta ahora no expuestos, tanto de la Fundación Gala-Dalí como de otras colecciones extranjeras, siendo, en es...

Con el título de Dalí, años de juventud, la exposición reúne monográficamente un muy completo conjunto de las obras que el surrealista catalán realizó hasta fines de la década de los veinte, cuando se alistó formalmente, en, el grupo parisiense capitaneado por Breton. Es la parte de la obra daliniana que más se atesora en nuestro país, lo que hace que sea la más vista y conocida por nuestro público, aunque se ha hecho el loable esfuerzo de completar esta parte con fondos hasta ahora no expuestos, tanto de la Fundación Gala-Dalí como de otras colecciones extranjeras, siendo, en este sentido, espectacular y muy meritorio lo conseguido de A. Reynolds Morse, que, a mi saber, no tiene precedente. Con lo que, visto o no visto, la muestra posee bastante enjundia.Ahora bien, ¿ocurre con este Dalí joven presurrealista lo mismo que con ese "Picasso antes de Picasso" que acuñó Cirici Pellicer? Pues, en cierto sentido, ocurre lo mismo, aunque no de la misma manera, entre otras cosas porque ni España ni la vanguardia eran lo mismo en la última década del siglo XIX que en. los años veinte, que es cuando Dalí comenzó a manejar frenéticamente el pincel y a producir la obra que es el objeto principal de atención de la presente muestra. Rebelde e intuitivo hasta la extravagancia, el Dalí de estos años se da literalmente un atracón vanguardista y en cada cuadro parece fascinado por una inquietud distinta, lo que provoca que la obra de estos años sea como un calidoscopio, alguno de cuyos destellos ciertamente no sólo nos deslumbran, sino que adelantan casi completo el perfil del Dalí futuro.

Inaugurada previamente en la Hayward Gallery, de Londres, aunque con un número de obras mucho menor, esta muestra se beneficia aquí, además, de un completísimo acopio de documentos, que enriquece considerablemente la iniciativa, sobre todo si pensamos que la agitación fue un rasgo artístico connatural a la vida y a la obra de Salvador Dalí, joven o viejo.