La torre Eiffel de Madrid

El parecido era remoto, pero los más castizos no tardaron en buscarle un mote a esa gigantesca estructura metálica. Y es que el viaducto, allá por 1874, era para los madrileños producto de la más vanguardista tecnología del momento. Como era de hierro y muy alto, lo llamaron la torre Eiffel.En su solemne inauguración se trasladaron los restos de Pedro Calderón de la Barca desde la iglesia de. San Francisco el Grande a la sacramental de San Nicolás. Cien personas acompañaron a la carroza de palacio en un día de lluvia y viento frío. Pero hoy no existe ninguna placa que recuerde tamaño evento....

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El parecido era remoto, pero los más castizos no tardaron en buscarle un mote a esa gigantesca estructura metálica. Y es que el viaducto, allá por 1874, era para los madrileños producto de la más vanguardista tecnología del momento. Como era de hierro y muy alto, lo llamaron la torre Eiffel.En su solemne inauguración se trasladaron los restos de Pedro Calderón de la Barca desde la iglesia de. San Francisco el Grande a la sacramental de San Nicolás. Cien personas acompañaron a la carroza de palacio en un día de lluvia y viento frío. Pero hoy no existe ninguna placa que recuerde tamaño evento.

Su gran altura no tardó en convertirlo en el lugar elegido por los suicidas. A los cuatro meses de su inauguración, se tuvieron que instalar unos alambres en la verja del puente para impedir el salto. Pero no fue suficiente y, tras subir la altura de las barandillas, el ayuntamiento tuvo que habilitar un servicio de vigilancia.

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Una de las preocupaciones más recurrentes en la historia de Madrid siempre fue la de unir la zona del Palacio Real con las Vistillas. La idea del viaducto nació en la cabeza de Sachetti, en tiempos de Felipe V, y en época de José Bonaparte, Silvestre Pérez también propuso un proyecto. Pero al final, el encargado de llevar a cabo la idea de construir un gran puente sobre la calle de Segovia fue el arquitecto municipal Eugenio Barón.

En 1921 se empezaron a presentar los primeros problemas: el viaducto empezaba a sufrir los efectos del paso del tiempo. Fue entonces cuando se decidió acometer la primera reforma. En 1931 se decidió convocar un concurso para su reconstrucción. Se presentaron 14 proyectos y fue el del arquitecto Ferrero el que se llevó el gato al agua. Él es el responsable de la estampa actual del viaducto.

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