Crítica:FESTIVAL DE OTOÑO

Sin entusiasmo

Me dijo alguno que el espectáculo era nazi; otros, que homosexual. No es incompatible. Yo lo encontré más bien sadismo entre ellos -ficción- y sobre el gustoso público, agredido por los decibelios, las luces violentas, los propios actores y unos enormes volúmenes que se arrastran por la pista, por el espacio único para acción y contemplación, si es que esta palabra se puede emplear. Tratarían, ellos de que no hubiera contemplativos, sino activos: otras veces lo han conseguido mejor, y con, más valentía. La. introducción de tres mujeres -el cumplimiento del 25%- da mejores situaciones para el s...

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Me dijo alguno que el espectáculo era nazi; otros, que homosexual. No es incompatible. Yo lo encontré más bien sadismo entre ellos -ficción- y sobre el gustoso público, agredido por los decibelios, las luces violentas, los propios actores y unos enormes volúmenes que se arrastran por la pista, por el espacio único para acción y contemplación, si es que esta palabra se puede emplear. Tratarían, ellos de que no hubiera contemplativos, sino activos: otras veces lo han conseguido mejor, y con, más valentía. La. introducción de tres mujeres -el cumplimiento del 25%- da mejores situaciones para el sadismo, aunque no se ahorran entre hombres.El tema que parece abordarse es el de la manipulación de la información. Brota, también, de este espectáculo: desde el momento en que pretende ser informativo y crítico. Y en el que utiliza sus eslóganes demagógicos para rascar de la faz del mundo esta adherencia residual; y las figuras se duplican en la realidad, las pantallas, los espejos.

MTM

Creación y dirección de La Fura dels Baus. Intérpretes: Joana Barcia, Mía Esteve, Carlos J. Figols, Pedro González, Doménec de Guzmán, Miguel Loco, Jürgen Müller, Soles Velázquez, Rafael Vives, Hansel (Javier Cereza), Big Toxic. Estadio de Atletismo de la Comunidad de Madrid, 30 de septiembre.

Pero no creo, por lo que pude ver -no todo el mundo puede verlo todo, aunque corra como un loco detrás de los puntos de acción, cosa que es molesta- que tenga realmente esa finalidad, ni ninguna otra. Mejor era antes La Fura, cuando parecían un espectáculo sin propósito, con situaciones insólitas, atletas espléndidos y arriesgados, provocadores natos. Tampoco les falta ahora la perfección, la terminación.

El público joven que siempre les escolta (para nosotros es más difícil. resistirlo todo: cansancio, agitación, ruido; el muerto estadio de la Comunidad de Madrid lejano y helado) estuvo allí; abundante pero sin masa, gustoso pero sin entusiasmo. O sea, justo.

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