Un espléndido musical andaluz

Son raras las ocasiones en que la mucha emoción no altera el juicio Cabeza y corazón es la primera impresión que me vino a la mente al finalizar la representación de este estreno absoluto de la bienal sevillana. Compararlo con los anteriores vistos en el mismo ciclo sería revalorizarlos inmerecidamente. Sobre De la luna al viento, no sabía casi nada. Sus responsables e intérpretes se lo tenían muy calladito; sólo decían: "Estarnos trabajando duro". ¡Y vaya si lo han hecho! Un montaje musical en el que las composiciones de Mario Castelmiovo Tedesco, Rafael Riqueni y José María Gallardo s...

Son raras las ocasiones en que la mucha emoción no altera el juicio Cabeza y corazón es la primera impresión que me vino a la mente al finalizar la representación de este estreno absoluto de la bienal sevillana. Compararlo con los anteriores vistos en el mismo ciclo sería revalorizarlos inmerecidamente. Sobre De la luna al viento, no sabía casi nada. Sus responsables e intérpretes se lo tenían muy calladito; sólo decían: "Estarnos trabajando duro". ¡Y vaya si lo han hecho! Un montaje musical en el que las composiciones de Mario Castelmiovo Tedesco, Rafael Riqueni y José María Gallardo se mezclan tan sutilmente con palos tradicionales del flamenco y piezas populares andaluzas, que es casi imposible notar los puntos de sutura. A ello se añaden unos textos poéticos seleccionados de Federico García Lorca y unas interpretaciones más que excelentes de las principales figuras.Carmen Linares conmueve hasta en las sevillanas finales que cantara La Argentinita. María Pagés embriaga con sus evoluciones plásticas llenas de elegancia y poder. Los dos guitarristas, también jóvenes y sevillanos, derrochan maestría en sus alternancias flamencas y clásicas. Detrás de todos los anteriores, una dirección fuerte e inteligente y una escenografía deslumbrante plasmada en un tratamiento cinematográfico más que teatral.