La vacuna abandonada

Al sur de San Francisco, en una esquina de una gran habitación refrigerada hay una caja de acero cerrada con candados. Dentro hay nueve botellas de un líquido transparente. Es la sede de la empresa Genentech, pionera en biotecnología. El líquido es una proteína denominada gp 120, idéntica a una de la cubierta del virus del sida, el ingrediente clave en una vacuna que podría prevenir en al menos un 60% el contagio del síndrome. Hay, suficiente para hacer casi un millón de dosis, pero la vacuna no se hará.Tras pruebas preliminares en 300 personas, un comité de científicos ha concluido que la vac...

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Al sur de San Francisco, en una esquina de una gran habitación refrigerada hay una caja de acero cerrada con candados. Dentro hay nueve botellas de un líquido transparente. Es la sede de la empresa Genentech, pionera en biotecnología. El líquido es una proteína denominada gp 120, idéntica a una de la cubierta del virus del sida, el ingrediente clave en una vacuna que podría prevenir en al menos un 60% el contagio del síndrome. Hay, suficiente para hacer casi un millón de dosis, pero la vacuna no se hará.Tras pruebas preliminares en 300 personas, un comité de científicos ha concluido que la vacuna no funciona tan bien como aseguran los investigadores de Genentech. No ha pasado una prueba fundamental: sólo mata los virus del sida cultivados en laboratorio, no los virus en estado salvaje que proceden de enfermos de verdad. Ahora, expertos y activistas están de acuerdo en esperar algo mejor.

Así que, en junio pasado, el gobierno federal abandonó las pruebas a gran escala previstas con. las dos vacunas más prometedoras, la de Genentech y otra similar, fabricada por Biocine. Dado que EE UU es el país más avanzado en este tema, la decisión dejó claro algo muy desagradable: en al menos 10 años no va a haber una vacuna contra la epidemia mundial.

Los dos artífices de la vacuna de Genentech, Philip Berman y Donald Francis, no están de acuerdo con este abandono. Recuerdan que el prototipo ha dado buenos resultados en cuanto a falta de toxicidad y estimulación de la respuesta inmune en las primeras pruebas en 57 voluntarios humanos sanos. En la segunda fase, con 296 voluntarios, seis adquirieron la enfermedad, lo que achacan a prácticas de riesgo cuando todavía no habían recibido todas las dosis. La ineficacia de la vacuna frente a virus procedentes de infectados (no se puede inyectar el virus en humanos para probarla) la explican porque al cultivarlos se hacen más fuertes y recuerdan que los chimpancés vacunados inyectados con el virus sí lograron vencerlo.

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