El IVAM abre un paseo por un siglo de pintura valenciana

"Un paseo, un repaso sereno y disciplinado por lo que ha sido la pintura en Valencia y desde Valencia", es lo que recoge, según el comisario de la muestra y director del centro, José Francisco Yvars, la exposición Un siglo de pintura valenciana, que ayer inauguró la reina Sofila en el Instituto Valenciano de Arte Modemó (IVAM).Más de 170 obras realizadas, entre 1880 y 1980 permiten a Yvars recorrer el arte moderno valenciano con voluntad "terapéutica y didáctica". La exposición tiene como subtítulo el de intuiciones y propuestas, haciendo referencia a los hallazgos individuales y...

"Un paseo, un repaso sereno y disciplinado por lo que ha sido la pintura en Valencia y desde Valencia", es lo que recoge, según el comisario de la muestra y director del centro, José Francisco Yvars, la exposición Un siglo de pintura valenciana, que ayer inauguró la reina Sofila en el Instituto Valenciano de Arte Modemó (IVAM).Más de 170 obras realizadas, entre 1880 y 1980 permiten a Yvars recorrer el arte moderno valenciano con voluntad "terapéutica y didáctica". La exposición tiene como subtítulo el de intuiciones y propuestas, haciendo referencia a los hallazgos individuales y a los discursos teóricos que se han producido en el arte valenciano de un siglo.

Desde Antonio Muñoz Degrain, Joaquín Sorolla y otros pintores de las postrimerías del siglo XIX hasta los más recientes José Sanleón, Carmen Calvo o José Morea, la exposición, estructurada por décadas, incluye obras de más de un centenar de autores, entre los que figuran Ignacio Pinazo, Manuel Benedito, José Belliure, Fernando Viscaí, Artur Ballester, Ramón Gaya, Enrique Cuñat, Genaro Lahuerta, Pedro de Valencia, José Segrelles, Balbino Giner, Juan Bautista Porcar, Francisco Lozano, Andreu Alfaro, Manuel Hernández Mompé, Monjalés, Eusebio Sempere, Manuel Valdés, Equipo Crónica, Juan Genovés, Miquel Navarro, Equipo, Realidad, Artur Heras, Manuel Boix, Antoni Miró, Jordi Ballester y Joan Cardells.

La existencia de unas instituciones que han mantenido durante todo ese tiempo el oficio de pintor en Valencia, conjugada con el gusto de un público caracterizado por su visión tradicional del arte, desemboca en algo que la exposición deja muy claro: "la inexistencia de una vanguardia en Valencia hasta los años sesenta". El retraso o la falta de modernidad de la pintura valenciana hasta finales de los años cincuenta, que no impide, como destacó Yvars, que sea posible rescatar obras muy interesantes en ese periodo, no fue vencido ni durante los años treinta, pese al discurso teórico más vanguardista que se produjo en el ambiente cultural republicano.

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