Crítica:

Geometría rural

El Círculo de Bellas Artes de Madrid ha reaccionado ante sus carencias económicas proponiendo una Programación Alternativa en la que se pretende prestar atención a las manifestaciones artísticas más frágiles: el arte emergente de los jóvenes y aquellas ideas que, por ser novedosas, más dificultad de acogida puedan tener en una programación formalista. Dentro de estas actividades alternativas se presenta ahora la obra de un escultor, Josetxo Santos (Pamplona, 1947), escasamente conocido fuera de su lugar de origen.Sorprende, nada más acceder al vestíbulo del Círculo, la instalación de un...

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El Círculo de Bellas Artes de Madrid ha reaccionado ante sus carencias económicas proponiendo una Programación Alternativa en la que se pretende prestar atención a las manifestaciones artísticas más frágiles: el arte emergente de los jóvenes y aquellas ideas que, por ser novedosas, más dificultad de acogida puedan tener en una programación formalista. Dentro de estas actividades alternativas se presenta ahora la obra de un escultor, Josetxo Santos (Pamplona, 1947), escasamente conocido fuera de su lugar de origen.Sorprende, nada más acceder al vestíbulo del Círculo, la instalación de una escultura formada por seis cajones de madera de pino suspendidos en el aire por unos cables de acero. Esta obra, sin duda la más teatral y a la vez la más conseguida, resume las características del trabajo de Josetxo Santos. Tras ella, las demás piezas parecen ensayos parciales. Aquí, los cajones, de abajo arriba, forman una progresión de tamaños y aperturas insinuando un movimiento secuenciado y un ritmo in crescendo. Secuencia, cadencia y sentido rítmico son los procedimientos compositivos sobre los que se apoya una obra formada por elementos de madera y acero conformados por una geometría simple.

Josetxo Santos, Entre lo urbano y lo rural

Círculo de Bellas Artes de Madrid. Marqués de Casa Riera, 2. Madrid. Hasta el 8 de mayo.

La sobriedad de los materiales, generalmente madera de pino en tabloncillos de corte industrial, y la rotundidez de la geometría dotan de una contundencia formal a estas esculturas que ofrecen un cierto atractivo visual.

Las obras, cuyos acabados toscos y naturales dan la apariencia de una gran sinceridad, son objetos específicos sin aparentes referencias a nada que sea exterior a ellos mismos. Sin embargo, el título de la exposición parece insinuar la relación con dos ámbitos: el de lo urbano, representado por los aspectos industriales y geométricos, y el de lo rural la desnudez de materiales naturales, como la madera.

Pero a la obra de Josetxo Santos, que es formalmente correcta, le falta garra ingeniosa y una intención estética clara. El artista parece querer demostrar, en esta su primera exposición en Madrid, más lo que sabe hacer que cuál es su capacidad de sentir; por eso, tal vez, la exposición aparece como un repertorio de los recursos plásticos del arfista.

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