Crítica:POP

El público que no abandona

Tiempo hacía que La Unión no actuaba en Madrid. Un año y medio es mucha espera para un grupo que, diez años después de su nacimiento, continúa despertando pasiones. La presentación en directo de su séptimo disco, Psycofunkster au lait, congregó a 2.000 personas que abarrotaron la sala Aqualung y que confirmaron que la conexión del trío madrileño con su público es muy estrecha."Decían que éramos un grupo de fans", afirmaban pocos días antes de su actuación, para desmarcarse de la etiqueta que limita la aceptación de unas canciones a la época adolescente. Vano intento, porque La Un...

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Tiempo hacía que La Unión no actuaba en Madrid. Un año y medio es mucha espera para un grupo que, diez años después de su nacimiento, continúa despertando pasiones. La presentación en directo de su séptimo disco, Psycofunkster au lait, congregó a 2.000 personas que abarrotaron la sala Aqualung y que confirmaron que la conexión del trío madrileño con su público es muy estrecha."Decían que éramos un grupo de fans", afirmaban pocos días antes de su actuación, para desmarcarse de la etiqueta que limita la aceptación de unas canciones a la época adolescente. Vano intento, porque La Unión es un grupo que mantiene incólume el magnetismo y la capacidad de adaptarse a la tendencia que marca cada temporada.

La Unión

Rafa Sánchez (voz), Mario Martinez (guitarra), Luis Bolín (bajo, coros), Rafa Kas (guitarra, coros), Fermín Villaescusa (teclados, coros), Miguel Ángel Bao (batería). Sala Aqualung Universal. Madrid, 17 de marzo.

Esta adaptación no significa que Sánchez, Martínez y Bolín pretendan resucitar la canción del verano. Su aliento musical es claro; su directo, sólido y potente, como demostraron en Madrid. Implica, sin embargo, que su repertorio es un cajón de sastre en el que, bajo el común denominador de un pop contundente, cabe de todo.

Comenzaron con ese Tren de largo recorrido, de los Doobie Brothers, canción emblemática de esos años 70 tan presentes en Psycofunkster..., y después llegó de todo: referencias ligeras al blues, a África, desarrollos de guitarra próximos al heavy, pop por derecho, rock, repertorio reciente y hasta la cara-cruz del Lobo hombre en París. En directo, esta diversidad queda unificada por un sonido oscuro, en el que cuesta definir los instrumentos, pero de efectivo resultado. Como el grupo tiene tablas, Rafa Sánchez se las sabe todas a la hora de mover al público y las canciones están construidas con personalidad y comercialidad, el éxito se veía venir. Y llegó de la mano del mejor público: del que respalda todo y no abandona.

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