Harry Nilsson, el 'beatle' norteamericano, muere de un ataque al corazón

Harry Nilsson, considerado el beatle estadounidense por el lirismo de sus composiciones y la dulzura de su voz, falleció ayer mientras dormía en su casa de Agoura Hills (Los Ángeles), a consecuencia de un ataque al corazón. Tenía 52 años y su salud era muy delicada desde que el 14 de febrero de 1993 sufrió un primer ataque cardiaco, del que nunca se repuso totalmente.

Harry Edward Nilsson III nació el 15 de junio de 1941 en Brooklyn (Nueva York). Se trasladó muy joven con su familia a California, donde aprendió a tocar la guitarra y el piano, al tiempo que trabajaba en un ban...

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Harry Nilsson, considerado el beatle estadounidense por el lirismo de sus composiciones y la dulzura de su voz, falleció ayer mientras dormía en su casa de Agoura Hills (Los Ángeles), a consecuencia de un ataque al corazón. Tenía 52 años y su salud era muy delicada desde que el 14 de febrero de 1993 sufrió un primer ataque cardiaco, del que nunca se repuso totalmente.

Harry Edward Nilsson III nació el 15 de junio de 1941 en Brooklyn (Nueva York). Se trasladó muy joven con su familia a California, donde aprendió a tocar la guitarra y el piano, al tiempo que trabajaba en un banco. En 1967 grabó su primer disco, The Pandemonium Shadow Show. Este trabajo impresionó de tal manera a John Lennon que desde entonces le consideró como su músico norteamericano preferido, iniciándose así una relación casi fraternal.

El segundo disco, Aerial ballet (1968), contenía la canción Everybody 's taikin (su primer premio Grammy), que fue incluida en el filme Midnight cowboy y se convirtió en uno de sus éxitos, junto a Without you (segundo Grammy), de su disco Nilsson Schmilsson (1971). En aquellos años dorados, su prestigio siempre fue superior al éxito comercial, a pesar de los premios, al interés de Otto Preminger - con quien colaboró en la película Skidoo—- y al aprecio general por The Point —banda sonora de una serie de dibujos animados, que popularizó la canción Me and My Arrow—. Nilsson había tocado techo.

De nada sirvió su participación en el filme Son of Drácula (1974), junto a Ringo Starr, ni el disco Pussy Cats del mismo año, en el que junto a John Lennon recreaba clásicos del rock; su carrera se apagaba. Siempre enigmático y alejado del contacto con el público, con Nilsson desaparece un gran melancólico, el pop más dulce y tierno de la música norteamericana.

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