Prematuros de feria

En la exposición de Berlín de 1896, Martin Cooney presentó un extraño artefacto, el Kinderbrutanstalt (incubadora de niños), ideada por su maestro P. Budín. Era un cubículo para albergar a los bebés nacidos prematuramente. Y no le faltaron niños para demostrar que funcionaba: como se consideraba que esos niños no podían sobrevivir, muchos médicos se los entregaban, según explican Marshall Klauss y John Kennell en su libro La relación madre-hijo.Tras el éxito de Berlín, Conney exhibió sus incubadoras con niños dentro en Londres y, a partir de 1902, en EE UU, país donde se estableció. Asi...

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En la exposición de Berlín de 1896, Martin Cooney presentó un extraño artefacto, el Kinderbrutanstalt (incubadora de niños), ideada por su maestro P. Budín. Era un cubículo para albergar a los bebés nacidos prematuramente. Y no le faltaron niños para demostrar que funcionaba: como se consideraba que esos niños no podían sobrevivir, muchos médicos se los entregaban, según explican Marshall Klauss y John Kennell en su libro La relación madre-hijo.Tras el éxito de Berlín, Conney exhibió sus incubadoras con niños dentro en Londres y, a partir de 1902, en EE UU, país donde se estableció. Asistió con éxito a unos 5.000 niños. Conney no permitía que las madres cuidaran a los niños prematuros que estaban en sus incubadoras, pero les daba entradas gratuitas para verlos en las ferias.

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Cien años después, las incubadoras son equipos avanzados estériles que mantienen la temperatura constante y pueden suministrar oxígeno, pero se considera imprescindible el contacto físico del bebé con la madre, o con la enfermera.

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