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"Esta noche no podré dormir"

Los primeros signos de la tensión en el grupo español se advirtieron ayer en Sevilla. Después de cuatro días en el balneario de Chiclana, la llegada a la capital andaluza supuso un ajetreo considerable. Javier Clemente -"esta noche no podré dormir", afirma- había medido el impacto. E martes comenzara a crecer la sensación de enfrentarnos a un gran reto", dijo. En las primeras jornadas la distensión fue tan predominante que algunos jugadores deseaban entrar en un ambiente más cargado. Eso ocurrió ayer. La selección estaba de frente a una ciudad conmocionada por el partido.Las preocupaciones de ...

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Los primeros signos de la tensión en el grupo español se advirtieron ayer en Sevilla. Después de cuatro días en el balneario de Chiclana, la llegada a la capital andaluza supuso un ajetreo considerable. Javier Clemente -"esta noche no podré dormir", afirma- había medido el impacto. E martes comenzara a crecer la sensación de enfrentarnos a un gran reto", dijo. En las primeras jornadas la distensión fue tan predominante que algunos jugadores deseaban entrar en un ambiente más cargado. Eso ocurrió ayer. La selección estaba de frente a una ciudad conmocionada por el partido.Las preocupaciones de Clemente han consistido en generar un buen espíritu de grupo y la sensación de contar con 18 aliados. Es su vieja manera de actuar. Los entrenamientos han sido apacibles. "Casi todos vienen muy castigados", decía en Chiclana. Lo que ha visto le ha gustado. Tiene la sensación de haber encontrado el núcleo de jugadores que más se adaptan a su interpretación del fútbol.

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Metido en la rutina de la concentración, Clemente pasea, mira, vigila y toma algunas notas mentales. No ha hablado con Zubizarreta, pero se reunió con los valencianistas Camarasa y Giner, que vienen de una experiencia difícil en su club. De los daneses apenas habló.

En tres ocasiones ha impartido la teórica, el domingo y ayer en dos ocasiones. Hoy por la mañana se reunirá durante una hora y hablará con cada jugador. "Saldrán nombres y apellidos", resume Clemente. Por la tarde, dedicará un cuarto de hora a la charla final: "Será distendida. No quiero agarrotar a nadie".

Sus objetivos básicos para el partido son pocos y claros. Dice que no está obsesionado con los marcajes -"los jugadores conocen muy bien a los hermanos Laudrup"- y quiere un ritmo alto, pero con el balón bien cuidado. No teme el juego alto y le preocupa la sobreexcitación que genere la trascendencia del encuentro y las vibraciones que lleguen desde las gradas.

El seleccionador reconoció los síntomas de cansancio: "La cabeza va muy rápida y lo que me espera es duro". Se refirió a su largo peregrinaje por las emisoras. Ayer se acostó muy tarde: apenas seis horas de sueño para un día que promete grandes emociones. "Lo único que sé es que esta noche no podré dormir pase lo que pase", dice.

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