Asesinado de un disparo un diplomático norteamericano cerca de la capital de Georgia

Un diplomático norteamericano resultó muerto de un disparo en Georgia el domingo por la noche, cuando regresaba a Tbilisi, la capital de esa república transcaucásica. El diplomático, Fred Woodruff, de 45 años, trabajaba en la sección política de la Embajada norteamericana en Georgia, y debía regresar en los próximos días a EE UU después de haber cumplido una misión temporal. Woodruff murió alrededor de las 21.30 hora local, cuando una bala le alcanzó la cabeza mientras viajaba en el coche todoterreno del jefe de seguridad del presidente del Parlamento de Georgia, Edvard Shevardnadze. El chófer...

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Un diplomático norteamericano resultó muerto de un disparo en Georgia el domingo por la noche, cuando regresaba a Tbilisi, la capital de esa república transcaucásica. El diplomático, Fred Woodruff, de 45 años, trabajaba en la sección política de la Embajada norteamericana en Georgia, y debía regresar en los próximos días a EE UU después de haber cumplido una misión temporal. Woodruff murió alrededor de las 21.30 hora local, cuando una bala le alcanzó la cabeza mientras viajaba en el coche todoterreno del jefe de seguridad del presidente del Parlamento de Georgia, Edvard Shevardnadze. El chófer del vehículo salió ileso del ataque. Los homicidas lograron huir.Las autoridades georgianas han descartado el móvil político. Shevardnadze, al reaccionar al asesinato, declaró que había que imponer severas medidas de seguridad para terminar con la violencia en la república. "Hay que restablecer el orden en el país. Debemos realizar esta tarea aunque para ello tengamos que restringir temporalmente nuestros logros democráticos. Sólo así podremos salvar la democracia", dijo.

La muerte del diplomático norteamericano puede inducir a Shevardnadze a introducir medidas extraordinarias para detener el crimen y la violencia, comunes hoy en Georgia. El conflicto con Osetia del Sur, la guerra civil que culminó con la huida del ex presidente Zviad Gamsajurdia y la guerra contra la república autónoma de Abjazia han inundado la república de armas, que utilizan los delincuentes. Georgia, además, vive una grave crisis política y económica. El Gobierno en pleno dimitió el fin de semana pasado y, mientras tanto, es el mismo Shevardnadze el que hace de primer ministro interino.

Abjazia, entretanto, está relativamente tranquila. Hoy deben llegar a la zona de conflicto los ocho observadores militares de la ONU que se encuentran en Tbilisi desde el domingo. En los próximos días lo harán otros siete cascos azules, con lo que habrá un observador de la ONU en cada uno de los quince grupos tripartitos compuestos por rusos, abjazos y georgianos que supervisan el alto el fuego en Abjazia. El acuerdo -logrado en julio pasado con la mediación de Rusia- prevé la evacuación de Abjazia por las tropas georgianas. Su entrada en este territorio hace un año hizo estallar el conflicto, que ha costado la vida a unas 8.000 personas, según fuentes georgianas.

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