Los arquitectos reclaman mayor libertad para actuar en cascos históricos

Arquitectos como Francisco Javier Sáenz de Oiza, premio Príncipe de Asturias, o el italiano Francesco Venezia han aprovechado su paso por el curso sobre intervenciones en centros históricos, que ha organizado la Universidad Complutense en Aguadulce (Almería) para reivindicar una mayor libertad creativa a la hora de actuar en el patrimonio histórico que consideran excesivamente protegido desde las diferentes administraciones. Reticentes ante la filosofia oficial, a la que recriminan por escudarse en una visión conservadurista y encorsetada, los arquitectos abogan por actuaciones rupturistas e i...

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Arquitectos como Francisco Javier Sáenz de Oiza, premio Príncipe de Asturias, o el italiano Francesco Venezia han aprovechado su paso por el curso sobre intervenciones en centros históricos, que ha organizado la Universidad Complutense en Aguadulce (Almería) para reivindicar una mayor libertad creativa a la hora de actuar en el patrimonio histórico que consideran excesivamente protegido desde las diferentes administraciones. Reticentes ante la filosofia oficial, a la que recriminan por escudarse en una visión conservadurista y encorsetada, los arquitectos abogan por actuaciones rupturistas e innovadoras en el interior de los centros históricos como prueba de su vitalidad."Existe la tentación de hacer una arquitectura que sea reconocida para evitar polémicas como la de Sagunto, pero lo más culto es lo contrario; lo que contribuye al progreso son propuestas nuevas", dijo Sáenz de Oiza. Crítico con la rehabilitación del barrio histórico de Palma, el arquitecto calificó de "aberración" los procesos délimpieza a los que se someten edificios antiguos porque "no se puede borrar la huella del tiempo". Sáenz de Oiza aseguró: "No me preocupan las grandes torres que han proliferado en las costas españolas porque se pueden destruir. Entretanto, dan felicidad a quienes las habitan".

Destruir edificios

El italiano Francesco Venezia, ganador del concurso para construir una facultad de Derecho y una biblioteca a escasos metros de la catedral francesa de Amiens, acostumbra a aunar en sus intervenciones en centros históricos la rehabilitación, las construcciones de nueva planta e, incluso, la destrucción de edificios que interpreta como "parte de la renovación". Venezia, que afirma que la vitalidad de un casco antiguo nace de la combinación de diferentes estilos artísticos, extendió sus críticas al trato que se otorga a las calles y al mobiliario urbano de las zonas de valía histórica."La vulgaridad de los suelos destruye la visión de esos edificios. Se piensa que no forman parte de la arquitectura pero constituye la fachada horizontal de la ciudad", precisó. Esta visión de conjunto abarca, según Venezia, la totalidad del mobiliario urbano que se esparce por los recintos históricos.

El curso sobre intervenciones en cascos históricos ha estado codirigido por GuIllermo Vázquez Consuegra, autor del Pabellón de Navegación de la Expo, que lanzó una demoledora crítica contra las políticas proteccionistas. "Existe una actitud fetichista", dijo que ha surgido como una reacción ante los abusos cometidos en el pasado sobre el patrimonio "en nombre de la ideología moderna".Este fenómeno pendular ha dado lugar a "los actuales abusos cometidos en nombre de la conservación". El arquitecto apostó por la elaboración de normativas flexibles que acojan "la intención, audacia y sensibilidad de cada arquitecto".

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