CÓRDOBA

Dos 'pinchauvas' mano a mano

El mano a mano entre dos jóvenes figuras con proyección futura presagiaba un duelo a muerte entre dos formas de entender el toreo, y todo quedó en un encuentro entre dos pinchauvas que desaprovecharon la ocasión de su vida.A los dos había que condenarlos a ocho horas diarias de carretón, al menos durante un año, para que aprendan a matar los toros. Suerte tuvieron que los aficionados no los corrieran a los dos a gorrazos al final del festejo. Bendita afición que los quiere sin mesura y tan poco recibe a cambio.

Sin duda alguna, Finito y Chiquilín perdieron una ocasión histórica p...

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El mano a mano entre dos jóvenes figuras con proyección futura presagiaba un duelo a muerte entre dos formas de entender el toreo, y todo quedó en un encuentro entre dos pinchauvas que desaprovecharon la ocasión de su vida.A los dos había que condenarlos a ocho horas diarias de carretón, al menos durante un año, para que aprendan a matar los toros. Suerte tuvieron que los aficionados no los corrieran a los dos a gorrazos al final del festejo. Bendita afición que los quiere sin mesura y tan poco recibe a cambio.

Sin duda alguna, Finito y Chiquilín perdieron una ocasión histórica para entrar para siempre en el corazón de sus paisanos. Difícilmente, volverán a encontrarse con toros más apropiados para el triunfo y un público más entregado. Una sola oreja es el más pobre y triste balance de una tarde que se presagiaba de triunfo apoteósico.

Domecq / Finito, Chiquilín

Toros de Juan Pedro Domecq (uno devuelto por inválido), justos de presentación, flojos y muy nobles. 6% sobrero de Sancho Dávila, difícil. Finito de Cordoba: tres pinchazos y estocada baja (ovación); media en el costillar y descabello (pitos); pinchazo hondo -aviso- y estocada (oreja). Chiquilín: pinchazo y estocada (ovación); pinchazo atravesado que asoma, descabello -aviso- y dos descabellos (ovación); media y dos descabellos (ovación). Plaza de Córdoba. 29 de mayo. Corrida de feria. Lleno.

Finito y Chiquilín caldearon el ambiente, cada uno a su modo, y tuvieron momentos de brillantez. Pero, al final, cada cual compitió con el otro en pinchazos, medias en los costillares y, descabellos. Sólo compitieron en eso, porque ni siquiera se dignaron hacer un solo quite. Vaya competencia...

Finito toreó bien a dos toros de ensueño, en dos faenas basadas en la mano derecha, que en algunos momentos pusieron la plaza en pie. En el tercero, deslucido, se inhibió.

Chiquilín, menos artista y más valiente que Finito, hizo una emocionante faena al cuarto. Se esforzó en el último, cuyo peligro no le arredró. Ante el parado segundo estuvo encimista.

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