El fraude de la obra gráfica de Dalí alcanzo las 50.000 litografías en 1991

"La mayoría de expertos en arte están de acuerdo en que la obra gráfica de Salvador Dalí en ediciones limitadas que se ha vendido en todo el mundo desde 1970 no es lo que sus vendedores pretenden que es", afirma el periodista Lee Catterall, reportero de asuntos judiciales del diario norteamericano Honolulu Star Bulletin de Hawai y autor del libro El gran fraude de arte de Dalí y otros engaños, que acaba de aparecer en Estados Unidos publicado por Barricade Books. El libro cuenta, además, la historia de ediciones fraudulentas de obras de Picasso, Joan Miró y Marc Chagall y el hall...

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"La mayoría de expertos en arte están de acuerdo en que la obra gráfica de Salvador Dalí en ediciones limitadas que se ha vendido en todo el mundo desde 1970 no es lo que sus vendedores pretenden que es", afirma el periodista Lee Catterall, reportero de asuntos judiciales del diario norteamericano Honolulu Star Bulletin de Hawai y autor del libro El gran fraude de arte de Dalí y otros engaños, que acaba de aparecer en Estados Unidos publicado por Barricade Books. El libro cuenta, además, la historia de ediciones fraudulentas de obras de Picasso, Joan Miró y Marc Chagall y el hallazgo, en 1991, de 50.000 litografías falsas de Dalí.Lee Catterall comenzó a ocuparse de las falsificaciones de obra gráfica dalinianas a finales de los años setenta, cuando una galería de Honolulú, la Center Art Gallery, inició la venta de ediciones limitadas de obra gráfica de Dalí sin una justificación creíble de su autenticidad y sin especificar el volumen total de los tirajes. El reportero relacionó esas obras con una Investigación emprendida previamente por el Servicio Postal de Estados Unidos contra una organización de falsificadores que se dedicaba a la venta por correo de obra falsa del pintor en Norteamérica.

La investigación del Honolulu Star Bulletin generó numerosas pruebas contra los falsificadores, entre ellas, una grabación realizada por la esposa de Catterall en la que un vendedor, tomándola por una compradora que se disponía a gastar 35.000 dólares en litografías dalinianas, trataba de calmar sus temores acerca de la autenticidad de las obras diciéndole que "cada vez que hagamos una reimpresión le enviaremos un certificado de autenticidad revisado". Esto sucedía en 1989, tras la muerte de Dalí, cuando cualquier reedición de su obra gráfica era ya imposible, a menos que se realizase fraudulentamente sobre hojas en blanco previamente firmadas por el pintor.

Fraude postal

La peripecia de los dalís hawaÍanos terminó con el enjuiciamiento de los responsables del Center Art Gallery bajo múltiples cargos de fraude postal, promoción engañosa y gestión fraudulenta en 1990. Un registro en la galería de arte permitió establecer que los falsificadores disponían de un fondo de obras y esculturas de Dalí cuya comercialización ilegal podía haber reportado unos 100 millones de dólares (más de 10.000 millones de pesetas).Los comerciantes fraudulentos de Hawai formaban parte de una red de falsificadores dalinianos que comenzó a extenderse por el oeste de EE UU a partir de los años setenta y a la que el Servicio Postal norteamericano y el F131 (Federal Bureau of Investigation) perseguían desde años atrás, tal como se relataba en el libro El último Dalí, publicado por EL PAÍS en 1985.

Fue el propio Dalí quien instigó la práctica de firmar hojas de papel litográfico en blanco a millares a partir de 1970.

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