Tribuna:

El sonido de la cultura

Hay marejada, desde hace unos días, en torno a Radio 2, o, para ser más exacto, sobre la posible desaparición, mutilación o mistificación de cuanto Radie, 2 es y significa. Las reacciones de diversas personalidades del arte, la cultura o la política, expresadas a través de los medios de difusión, me parecen algo muy positivo para conjurar el peligro, si es que realmente existe.No creo que obedezcan tales posturas de aviso o alarma a preferencias personales sino a la práctica unanimidad al considerar a Radio 2 como lo que es y debe ser: un servicio de cultura encuadrado en el panorama general d...

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Hay marejada, desde hace unos días, en torno a Radio 2, o, para ser más exacto, sobre la posible desaparición, mutilación o mistificación de cuanto Radie, 2 es y significa. Las reacciones de diversas personalidades del arte, la cultura o la política, expresadas a través de los medios de difusión, me parecen algo muy positivo para conjurar el peligro, si es que realmente existe.No creo que obedezcan tales posturas de aviso o alarma a preferencias personales sino a la práctica unanimidad al considerar a Radio 2 como lo que es y debe ser: un servicio de cultura encuadrado en el panorama general de las distintas expresiones culturales. De ese principio se derivan algunos procedimientos de transmisión que, en ocasiones, fueron objeto de censura. Por ejemplo: los comentarios que toda transmisión musical debe llevar, bien sean informativos, de situación y hasta sintéticamente musicológicos. Dejando al margen el mayor o menor acierto de este o aquel comentarista, no insistiré sobre asunto tan obvio. Sí evocaré unas palabras de Otto Tomek cuando trabajaba en la Sudwestfunk al referirse a los programas operísticos: "Los textos de introducción y de intermedio cobran un valor intrínseco en la versión radiofónica de una obra musical escénica". Hay que situar primero la importancia de esas transmisiones líricas, de concierto, de cámara o recitales, que mantienen al público informado y en contacto con el suceder musical del mundo. Una de mis largas batallas al frente de Radio 2 -que contó siempre con un presupuesto irrisorio en comparación con sus hermanas europeas fue la de llegar a una programación mayoritaria de música, en directo o no, procedente de grabaciones comerciales, y en algunos periodos alcanzamos el 65% o 70%.

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Los adictos a Radio 2 hace muchos años que descubrieron a Janacek o a Gerhard; la olvidada, y en importante parte exiliada, generación española del 27 no lo fue para el segundo-programa. Sin él, la penetración, hoy total, de un Bartok, un Mahler o un Bruckner habría sido mucho más lenta. Desde 1966, gracias a Radio 2, España estuvo presente, activa y directiva, en los servicios musicales de la Unión Europea de Radiodifusión, lo que supuso muchas puertas abiertas para nuestra música de todo tiempo. Las cabezas, hoy académicos, de la creación musical española, comentaron insistentemente cómo sin Radio 2 su visión del mundo musical en los años de su formación habría sido tuerta con amenaza de ceguera. No distinta cosa podía decir, y a veces decía, el público interesado.

No es capricho de unos pocos la defensa de Radio 2 sino postura consciente, inteligente y responsable en favor de un bien cultural. Pienso que nadie cargará con la impopular y torpe decisión de prescindir de él en nombre de una presunta vulgarización que, al fin y a la postre, acabaría por hacernos a todos más vulgares.

fue director de Radio 2 durante 30 años.

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