Los extranjeros vuelven a retirarse del mercado de deuda ante la posible alza de tipos de interés

Los temores a una posible devaluación o salida de la peseta del Sistema Monetario Europeo y los malos datos de la economía española, en especial los tres millones de parados, han provocado en la última semana una fuerte salida de extranjeros de sus posiciones en deuda pública, cifrada entre 100.000 y 150.000 millones de pesetas por algunos operadores. La incertidumbre política por un posible adelanto de las elecciones contribuye a aumentar la desconfianza. El Banco de España quiso mandar ayer un mensaje de tranquilidad y dejó en el 13% el precio del dinero, aunque los tipos a un día en el inte...

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Los temores a una posible devaluación o salida de la peseta del Sistema Monetario Europeo y los malos datos de la economía española, en especial los tres millones de parados, han provocado en la última semana una fuerte salida de extranjeros de sus posiciones en deuda pública, cifrada entre 100.000 y 150.000 millones de pesetas por algunos operadores. La incertidumbre política por un posible adelanto de las elecciones contribuye a aumentar la desconfianza. El Banco de España quiso mandar ayer un mensaje de tranquilidad y dejó en el 13% el precio del dinero, aunque los tipos a un día en el interbancario repuntaron al 19%. La peseta se apreció 50 céntimos frente al marco gracias a las nuevas intervenciones del banco emisor.

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El mercado secundario de deuda vuelve a ser la víctima principal de los avatares de la peseta. Aunque la salida no es comparable con la que se produjo días después de que Dinamarca se negara a ratificar el Tratado de Maastricht, los no residentes han vuelto a abandonar sus posiciones en deuda pública española al temer una nueva devaluación y posibles subidas de tipos de interés para evitarla.Varios operadores de este mercado calculan que los extranjeros han podido deshacer posiciones por un valor próximo a los 150.000 millones de pesetas. El saldo último de los activos públicos (bonos, obligaciones y letras) en manos de extranjeros ascendía a 2,352 billones de pesetas. "No es una salida de forma histérica como la que se produjo el pasado mes de septiembre, cuando el Banco de España impuso medidas de control de cambios", señala un operador.

Los precios de los bonos han caído casi dos puntos desde mediados de la semana pasada, cuando la peseta comenzó a mostrar síntomas de debilidad. La caída de ayer también responde, según fuentes del mercado, a la proximidad de la subasta de bonos -que se celebra mañana- en la que se espera que el Tesoro emita a tipos altos, lo que invita a deshacer las posiciones actuales en busca de una mayor rentabilidad.

En la subasta de certificados de depósito que celebró el Banco de España ayer mantuvo en el 13% el precio oficial del dinero en un intento de mandar un mensaje de continuidad con la relajación de la política monetaria iniciada hace un par de semanas. Pero es una señal que no logró calmar los ánimos ya que los intereses en el mercado interbancario subieron hasta el 19% en los préstamos a un día.

Masivas intervenciones

El banco emisor gozó de una tregua relativa en su lucha por sostener la peseta, que al final de la jornada subía más de 50 céntimos con respecto al marco y se estabilizaba en las 72,40 pesetas, frente a las 73,10 a que cotizó en Nueva York. La moneda española vuelve a situarse así por encima de su cambio central de 72,79, nivel que el banco emisor defiende a toda costa. Las masivas intervenciones de los últimos días, que pueden sumar los 800.000 millones de pesetas, (más de un 10% de las reservas de divisas), y una nueva intervención ayer -a través de algunos grandes bancos-, han logrado frenar por el momento la caída de la moneda española.

Jaime Piniés, director de análisis del Banco Santander de Negocios, confía en que la decidida acción del Banco de España sirva para convencer a los especuladores de la determinación del Gobierno de mantener la peseta dentro del SME y descartar una nueva devaluación.

Federico Prades, asesor económico de la Asociación Española de Banca (AEB), afirmó ayer que la presión sobre la moneda española es un movimiento coyuntural y que previsiblemente debe superarse. A su juicio, las autoridades monetarias deben mantener el rigor ante la actual situación de fragilidad, informa Santiago Hernández.

También el presidente de Natwest España, Rafael Martínez Cortiña, confia en que la presión que sufre la divisa española sea coyuntural.

Por su parte, el secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez, señaló a Radio Nacional que no cree que el Banco de España se vea obligado a imponer medidas de control de cambios. "Creo que no va a ser necesario recurrir a ningún tipo de medidas extraordinarias. Lo que ocurre en los mercados es que se han vuelto hipersensibles a lo largo de los últimos meses, desde el comienzo de las tormentas monetarias, y cualquier factor novedoso o inesperado introduce esos elementos de inestabilidad".

Confirmando esta "hipersensibilidad", la incertidumbre en tomo a la peseta afectó ayer sobremanera a las Bolsas españolas. Madrid cayó un 1,92% (4,46 puntos), el descenso más fuerte del actual ejercicio.

La inestabilidad monetaria europea será debatida por el Grupo de los Siete en su reunión del sábado. El nuevo chubasco está salpicando no sólo a la peseta, sino también a la lira, que ha caído fuertemente por la crisis política que atraviesa Italia.

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