La negociacion española

Fabricantes de envases y embalajes, envasadores y distribuidores elevaron hace unos meses al Gobierno una propuesta basada en el sistema francés. En esencia, consiste en lo siguiente: los municipios serán los encargados de la recogida selectiva de basuras en origen y de la separación posterior de los distintos componentes, y la industria asumirá sus propios residuos.La industria vinculada al envase y al embalaje -sean fabricantes, envasadores o distribuidores- se compromete a asumir todos los residuos generados por sus productos que hayan sido separados, para su reutilización, reciclado o ...

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Fabricantes de envases y embalajes, envasadores y distribuidores elevaron hace unos meses al Gobierno una propuesta basada en el sistema francés. En esencia, consiste en lo siguiente: los municipios serán los encargados de la recogida selectiva de basuras en origen y de la separación posterior de los distintos componentes, y la industria asumirá sus propios residuos.La industria vinculada al envase y al embalaje -sean fabricantes, envasadores o distribuidores- se compromete a asumir todos los residuos generados por sus productos que hayan sido separados, para su reutilización, reciclado o valoración energética -incineración-, de tal forma que el recurso al vertedero acabe siendo marginal, como última alternativa.

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La industria contribuirá económicamente para financiar el sobrecoste que suponga a los municipios esa recogida selectiva, sea pagando un tanto por envase colocado en el mercado, sea comprando los residuos recuperados. A cambio de esto, los envasadores podrán inscribir sus envases o embalajes con un símbolo ecológico identificador, ya sea la etiqueta verde europea o similar.

Según explica el director general de Medio Ambiente, Domingo Jiménez Beltrán, el sistema implica que los ciudadanos deberán depositar sus basuras en tres bolsas distintas: una para papel y cartón, otra para los demás envases y embalajes, y una tercera para el resto de los residuos.

Los expertos consideran que sin una masiva campaña de concienciación ciudadana y sin que el vecino aprecie beneficios fiscales por el sobreesfuerzo que supone la tarea de separar sus residuos, la recogida selectiva será un fracaso. Tampoco funcionará si no se regalan a cada familia, al menos en una primera etapa, las diferentes bolsas.

Si bien en una primera etapa este sistema de gestión de residuos de envases y embalajes tendrá un carácter de acuerdo voluntario entre las administraciones central, autonómica y local y los industriales, el Gobierno prevé reglamentarlo mediante una ley marco general sobre residuos, que ya se está elaborando.

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