Israel vuelve a prohibir el paso de ayuda humanitaria para los palestinos deportados

Israel rechazó ayer nuevamente una petición del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para enviar ayuda humanitaria a los 415 palestinos desterrados a un frío campamento improvisado en el sur del Líbano hace dos semanas. Un portavoz del despacho del primer ministro, Isaac Rabin, reiteró que la autorización estaba supeditada a un gesto similar del Gobierno de Beirut.

Los 415 palestinos, desterrados el 17 de diciembre bajo la acusación de pertenecer a grupos musulmanes radicales responsables de la muerte de seis soldados israelíes en un mes, permanecen a la espera de comida, abrigo ...

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Israel rechazó ayer nuevamente una petición del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para enviar ayuda humanitaria a los 415 palestinos desterrados a un frío campamento improvisado en el sur del Líbano hace dos semanas. Un portavoz del despacho del primer ministro, Isaac Rabin, reiteró que la autorización estaba supeditada a un gesto similar del Gobierno de Beirut.

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Los 415 palestinos, desterrados el 17 de diciembre bajo la acusación de pertenecer a grupos musulmanes radicales responsables de la muerte de seis soldados israelíes en un mes, permanecen a la espera de comida, abrigo y combustible. Sin solución inmediata en el horizonte, muchos de ellos dijeron que no esperan regresar a sus hogares este año.Los palestinos y la Cruz Roja están presionando para que Israel autorice la llegada de ayuda a través del territorio israelí. El Gobierno de Líbano bloquea todo envío alegando que la seguridad y bienestar de los palestinos son estricta responsabilidad de Israel, internacionalmente condenado por esta deportación sin precedentes desde 1967.

Beirut rechazó también una propuesta formulada por el ministro francés de Asuntos Exteriores, Roland Dumas, que consistía en colocar de manera provisional a los desterrados bajo el control de las fuerzas de la ONU desplegadas en Líbano. Tanto el Gobierno de Beirut como los propios palestinos insisten en que la única solución a la crisis pasa por la aplicación de la resolución de la ONU que exige a Israel que readmita a los deportados.

La actitud del Gobierno israelí es "un apagón para la paz", afirmó ayer el dirigente palestino FaIsal al Huseini, quien acusó a Rabin de haber cometido "una locura" y de "otorgar así más credibilidad a los que se oponen a las conversaciones de paz". El primer ministro israelí, por su parte, sólo admitió que el regreso de los palestinos deportados podría adelantarse si "los jefes de la Organización para la Liberación de Palestina y los de Hamas prometen poner Fin a la Intifada" (la revuelta palestina en los territorios ocupados).

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Expulsados 'por error'

Por otra parte, el Ejército del Estado hebreo afirmó el jueves que diez palestinos expulsados "por error" están autorizados a volver a territorio israelí. Sin embargo, el recorrido impuesto por Tel Aviv para que vuelvan a casa les obligaría a cruzar territorio bajo control libanés, lo que no agrada a las autoridades de Beirut. Los palestinos han pedido por tanto poder entrar directamente en la "zona de seguridad" controlada por los aliados de Israel, lo que les ha sido negado. La Cruz Roja estaba ayer intentando desbloquear la situación.

Por otra parte, el Gobierno israelí impuso el jueves el toque de queda en varias zonas de los territorios ocupados, donde viven en total unas 700.000 personas, e impidió a los residentes palestinos que entraran en territorio israelí durante las 24 horas del día de ayer. Estas medidas tenían como objetivo reducir los riesgos de incidentes en previsión del aniversario, el 1 de enero, del nacimiento de la organización Al Fatah, principal componente de la OLP.

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