Qué señoras

Parece un exceso de medios necesitar cinco señoras para matar a un solo hombre; suele bastar con una, y sin gran esfuerzo. Juan José Alonso Millán inventa un hombre con esposa y cuatro amantes (al final apunta otra, como señal de que puede haber un infinito). Como si se estuvieran vengando de Barba Azul, son ellas quienes acaban con él a lo largo de cinco cuadros en los que aparecen otras cosas: el cianuro como viejo amigo de este autor, unas largas piernas de mujer, el baúl de los cadáveres de estas obras cómico-policiacas, y los elementos de la pequeña crónica del día: las curas de adelgazam...

Parece un exceso de medios necesitar cinco señoras para matar a un solo hombre; suele bastar con una, y sin gran esfuerzo. Juan José Alonso Millán inventa un hombre con esposa y cuatro amantes (al final apunta otra, como señal de que puede haber un infinito). Como si se estuvieran vengando de Barba Azul, son ellas quienes acaban con él a lo largo de cinco cuadros en los que aparecen otras cosas: el cianuro como viejo amigo de este autor, unas largas piernas de mujer, el baúl de los cadáveres de estas obras cómico-policiacas, y los elementos de la pequeña crónica del día: las curas de adelgazamiento, el dejar de fumar, los socialistas. Y uno, o varios, cuartos chinos -diseñados por Toni Cortés- donde pasan las cosas.Es una comedia muy dialogada: Juan José Alonso Millán tiene mucha confianza en su escritura y no se pone límites de tiempo. El diálogo pesa sobre las dos actrices compinches, Analía Gadé y Julia Gutiérrez Caba, quienes lo agudizan con su interpretación, y no sólo da mucha risa a los espectadores -juzgando por lo ocurrido en el estreno-, sino a ellas mismas, que en algún momento no pueden contenerse.

Aplaudido, Juan José Alonso Millán puso al final unas palabras de agradecimiento.