EL FUTURO DE EUROPA

Delors sugiere dos velocidades para culminar el proceso de unión europea firmado en Maastricht

Jacques Delors había soportado el chaparrón que caía sobre la institución que preside, la Comisión Europea, casi en silencio, aunque sin ocultar el mohín de disgusto. Ayer salió del silencio. Se defendió con bravura de quienes le atacan, Helmut Kohl y John Major fundamentalmente, y aceptó algunos envites delicados: o se revisa el Sistema Monetario Europeo (SME) o se acelera la Unión Económica y Monetaria (UEM); si alguien no quiere correr al mismo ritmo que los otros, la moneda única la alcanzarán igualmente unos pocos, y sugirió reconsiderar el matiz peyorativo de la expresión "dos velocidade...

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Jacques Delors había soportado el chaparrón que caía sobre la institución que preside, la Comisión Europea, casi en silencio, aunque sin ocultar el mohín de disgusto. Ayer salió del silencio. Se defendió con bravura de quienes le atacan, Helmut Kohl y John Major fundamentalmente, y aceptó algunos envites delicados: o se revisa el Sistema Monetario Europeo (SME) o se acelera la Unión Económica y Monetaria (UEM); si alguien no quiere correr al mismo ritmo que los otros, la moneda única la alcanzarán igualmente unos pocos, y sugirió reconsiderar el matiz peyorativo de la expresión "dos velocidades". Además defendió que se firme un protocolo anejo al Tratado de Maastricht para facilitar el retorno de los daneses al redil.

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Un Jacques Delors apasionado y persuasivo explicó ayer en Bruselas, ante un público principalmente empresarial convocado por la revista francesa L'Expansion, las excelencias de la unión europea. "Ni los Estados ni las soberanías nacionales han conseguido hacer salir a Europa de la decadencia, desde la guerra de 1914-1918", argumentó. "Yo digo no al ridículo", exclamó refiriéndose a los nostálgicos de la gran diplomacia europea y de las grandes potencias.El presidente de la Comisión no quiso hacer comentario alguno sobre la crisis monetaria, en sintonía con todos sus portavoces que declararon un bloqueo total de informaciones y comentarios sobre las medidas tomadas por los gobiernos. "Hablar es perjudicial, actuar es útil", aseguró.

Delors fue más locuaz al comentar la posición de sus más duros contradictores, principalmente el Gobierno británico. "No entiendo la vinculación entre el problema danés y la ratificación británica. Los Comunes y los Lores tienen elementos suficientes para decidir", aseguró.

Delors rechazó rotundamente la renegociación de Maastricht, pues "es un acuerdo muy complicado entre Doce y sería abrir la caja de Pandora". Y añadió: "Pero quizás se puede plantear una declaración aneja al Tratado que sirva a los daneses para la ratificación". Respecto a la UEM, aseguró que "si algún país quiere buscar pretextos para no alcanzar la Unión Monetaria, no se puede descartar que otros países decidan realizarla ellos solos".

Delors defendió también el Tratado de Maastricht en toda su ortodoxia y todos sus elementos, incluyendo los fondos de cohesión negociados con tanta insistencia por el Gobierno español. "Es verdad que los esfuerzos de convergencia tendrán efectos deflacionistas en países como Portugal, Grecia o España", dijo. Y añadió: "Por eso he propuesto el paquete llamado Delors II [presupuesto marco para los próximos cinco años, en el que se aumentan sustancialmente los gastos destinados a los países más pobres]".

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Invención

Dieter Vogel, el portavoz del Gobierno alemán, negó ayer que que el canciller Helmut Kohl y el presidente francés François Mitterrand decidieran, el martes en París, la creación, antes de 1997 y al margen del Tratado de Maastricht, de una unión económica y monetaria europea formada por Alemania, Francia y los países del Benelux, según publicaba el diario Die Welt. "Esto es una invención sin ninguna base", dijo Vogel ayer.

La idea de esta mini Europa a cinco, serviría también, según las fuentes de Bruselas que cita Die Welt, "como un instrumento de presión contra ' el Reino Unido y Dinamarca que pretenden, con sus demoras, conducir a la nada el proceso de Maastricht".

La Cancillería fue rápida y tajante para desmentir lo publicado. "El canciller explicó el domingo pasado, tras el referéndum, que de lo que se trata ahora es de que entre en vigor el Tratado sobre la Unión Europea antes del primero de enero de 1993, tal y como está previsto", decía la nota de Vogel. Y añadía que ésta será la línea del Gobierno alemán en la cumbre del próximo 16 de octubre en Birmingham. Más tarde, el portavoz insistió personalmente en que en París "no hubo ningún pacto secreto. Todas las informaciones en este sentido son falsas".

Según Die Welt, "Francia, Alemania y los Estados del Benelux, como núcleo económicamente fuerte de la CE, completarían la unión política y monetaria en 1997. Los demás miembros podrían asociarse cuando estuvieran preparados". El supuesto plan de Kohl y Mitterrand, añade, deriva del reconocimiento de que John Major, en Londres, está cada vez más dominado por fuerzas que rechazan el Tratado de Maastricht y que Poul Schlüter, en Copenhague, no quiere renegociar el tratado y ha anunciado que renuncia a la unión monetaria. Esta "Europa de dos velocidades", continúa el rotativo, "supone que se rompe la Comunidad de los Doce".

Pese a los desmentidos oficiales la fuerte defensa del franco francés ante los ataques de los especuladores, que el Bundesbank realizó el miércoles y ayer -muy diferente de la actitud que tomó la semana pasada con la libra- daba credibilidad a la tesis de Die Welt.

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