Las energías renovables no serán todavía importantes el próximo siglo, según los expertos

El XV Congreso del Consejo Mundial de la Energía (CME) fue inaugurado ayer en Madrid por los Reyes de España. Miles de expertos en temas energéticos, incluidos 30 ministros de todo el mundo, participarán en la reunión, que tiene como gran preocupación la protección del medio ambiente. El principal instrumento de trabajo, el informe Energía para el mundo del mañana, elaborado por el CME, insiste en la necesidad de frenar el deterioro ecológico, pero no confía en que las energías renovables sean importantes para cubrir las necesidades del mundo hasta bien entrado el próximo siglo. Para algunos p...

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El XV Congreso del Consejo Mundial de la Energía (CME) fue inaugurado ayer en Madrid por los Reyes de España. Miles de expertos en temas energéticos, incluidos 30 ministros de todo el mundo, participarán en la reunión, que tiene como gran preocupación la protección del medio ambiente. El principal instrumento de trabajo, el informe Energía para el mundo del mañana, elaborado por el CME, insiste en la necesidad de frenar el deterioro ecológico, pero no confía en que las energías renovables sean importantes para cubrir las necesidades del mundo hasta bien entrado el próximo siglo. Para algunos países, como China y Japón, recomienda la expansión de la energía nuclear. El crecimiento demográfico es la mayor preocupación del Consejo.

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La principal tesis del documento lo que analiza la situación de los recursos y usos energéticos en el mundo, dividido en ocho grandes regiones, es que la energía mundial se encuentra en un momento crítico y se hace necesaria una revisión de las estrategias a nivel mundial, regional y nacional para afrontar los desafíos de los próximos decenios.El informe, nacido a raíz del Informe Bruntland de Naciones Unidas de 1987 y de la pasada Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, ha centrado su principal preocupación en el crecimiento demográfico, ya que durante los próximos 30 años nacerán unos 3.000 millones de personas, la mayor parte de ellas en países en vías de desarrollo. Ello aumentará una población mundial cuya gran mayoría sigue careciendo de energía y servicios suficientes.

En la inauguración, el rey Juan Carlos dijo que esperaba que este congreso contribuya a que "el futuro energético se resuelva por los caminos de la solidaridad, la cooperación y el respeto por las personas y su entorno". Manuel Gómez de Pablos, presidente de honor de Iberdrola y presidente del comité organizador del XV Congreso, destacó que el hombre del siglo XXI se ha de enfrentar a dos retos: "El desarrollo armónico de todos los pueblos y la compatibilización del desarrollo con el entorno".

Para Gerhard Ott, presidente de la asamblea ejecutiva del CME y que ha sido director general de la Asociación Nacional del Carbón de Alemania, "las alternativas a los combustibles fósiles, que dominan el panorama energético actual, son todavía tan importantes como limitadas"; de ahí que defienda un uso eficaz de las energías tradicionales y no haga una crítica radical. John S. Foster, presidente del CME y que ha sido vicepresidente de la Compañía de Energía Atómica de Canadá, mostró ayer su confianza en el gas y la energía nuclear como las mejores respuestas a corto y largo plazo respectivamente.

Entre las conclusiones provisionales del informe Energía para el mundo del mañana -las finales se harán en 1993- destaca la confianza en la investigación y desarrollo tecnológico como claves del futuro, la necesidad de apoyo financiero y tecnológico en términos de mercado para que los países en desarrollo alcancen sus objetivos sociales y económicos, y la urgencia de llevar a cabo cambios institucionales en estos países.

Recomendaciones

Por todo esto, los expertos recomiendan la privatización de sus recursos energéticos a Latinoamérica, Asia meridional y Oriente Medio. A Europa occidental se le aconseja mantener su propia producción de petróleo y gas, y reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 10% para el año 2020, -cuando ya la CE ha decidido reducirlas considerablemente antes del 2000-; a los países de la antigua URSS, que inviertan más de 200.000 millones de pesetas para proteger el medio ambiente hasta el 2005, y a Japón y China, que expandan su energía nuclear.

Aunque reconoce que debe abrirse un gran debate mundial sobre la emisión de gases invernadero y admite que la combustión de petróleo es la principal causante, el informe insiste en que las fuentes de energía fósiles y otras fuentes tradicionales -carbón, petróleo, nuclear, gas- satisfarán la mayor parte de las necesidades energéticas durante casi todo el próximo siglo, y que corresponderá a los gobiernos desarrollar las energías renovables hasta hacerlas viables económicamente.

El CME, integrado por 90 países y que nació en 1924, es partidario de la corresponsabilidad según el principio "el que contamina paga". Y apuesta, en fin, por el capitalismo y el libre comercio para salir de la crisis y evitar el deterioro medioambiental. Concluye tajante: "La transferencia de tecnología sólo se conseguirá realmente por un sistema de mercado".

Entre los miles de participantes que intervendrán hasta el próximo viernes en el congreso figuran 30 ministros y personalidades como Viktor Chernomyrdin, vicepresidente del Gobierno de la Federación rusa; James Schlesiáger, ex secretario de Estado norteamericano de Defensa y de Energía; Maneka Gandhi, ex ministra de Estado y Medio Ambiente de la India, y Zou Jiahua, viceprimer ministro chino y presidente de la comisión de planificación.

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