"Algún día, el mundo comprenderá mi música", dice Stockhausen

El compositor alemán se presenta esta noche en Sevilla

En la noche de hoy, la presencia en el teatro de La Maestranza de Karlheinz Stockhausen va a convertirse en el gran acontecimiento de los cuartos Encuentros de Nueva Música de Sevilla. Ésta será la primera actuación en España del compositor alemán, considerado como el último patriarca vivo de la música contemporánea. En el descanso de uno de sus meticulosos y agotadores ensayos, Stockhausen habló con este diario afirmando que "el desarrollo de la música es demasiado lento" y también que "algún día el mundo comprenderá mi música".

"Soy el único compositor que ha compuesto consecuentement...

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En la noche de hoy, la presencia en el teatro de La Maestranza de Karlheinz Stockhausen va a convertirse en el gran acontecimiento de los cuartos Encuentros de Nueva Música de Sevilla. Ésta será la primera actuación en España del compositor alemán, considerado como el último patriarca vivo de la música contemporánea. En el descanso de uno de sus meticulosos y agotadores ensayos, Stockhausen habló con este diario afirmando que "el desarrollo de la música es demasiado lento" y también que "algún día el mundo comprenderá mi música".

"Soy el único compositor que ha compuesto consecuentemente música electrónica y electroacústica", explicó Karlheinz Stockhausen sin la mínima modestia pero sin querer dar a sus palabras un toque de trascendentalidad. "Los colegas que comenzaron conmigo en los años cincuenta también estaban interesados en estas músicas, pero ahora la mayoría trabaja con instrumentos tradicionales e, incluso, muchos de mis alumnos han seguido también ese camino". A pesar de esta rotunda afirmación, el compositor alemán utiliza en sus obras más recientes instrumentos como el clarinete, la trompeta o el piano. "Por supuesto, pero siempre integrados en un conjunto orquestal electrónico y todos ellos, incluso la voz, utilizan micrófonos que yo puedo manipular para transformar el sonido".Stockhausen habla de su música con auténtico entusiasmo, como si las 12 horas de agotador ensayo en vez de fatigarle le hubieran insuflado nuevas fuerzas, y acepta conscientemente su papel de padre espiritual de la música contemporánea. "Sólo me apena que otros no se encuentren tan bien como yo en este camino de evolución y de hacer vanguardia constantemente. El desarrollo de la música es demasiado lento. Yo tengo cientos de ideas muy claras pero la técnica no ha evolucionado lo suficiente como para poder ponerlas en práctica. Tampoco le tengo miedo a la incomprensión del público; sé que va a pasar mucho tiempo antes de que se pueda comprender todo lo que digo".

No actúa en público

En los últimos tiempos, Karlheinz Stockhausen, que en la actualidad cuenta con 64 años, prácticamente no actúa en público. "Paso la mayor parte de mi tiempo en el estudio de grabación", afirma. "Además, últimamente no tengo demasiadas posibilidades de interpretar mi música, porque mi trabajo se ha sofisticado mucho. En el fragmento Viernes de mi ópera Licht (Luz) he empleado 24 canales, de los que 20 son sólo para conseguir el sonido más adecuado en la sala. En el fragmento Martes el componente sonoro es octofónico y para su presentación en Lisboa se requirió una semana de montaje sólo para situar bien los altavoces. Esto hace muy difícil que pueda actuar en directo".La octofonía ideada por Stockhausen se basa en la creación de un cubo sonoro con el oyente situado en su centro. Los altavoces por parejas se colocan en las ocho esquinas, lo que le permite que el sonido pueda moverse en todas las direcciones. "Es como si el oyente se situase en una galaxia de sonido", explica el compositor con el entusiasmo contagioso del que tiene las cosas muy claras. "En realidad, no existe ningún local adecuado para mi música. La Maestranza es un buen auditorio, pero sólo estoy utilizando dos canales, no sé qué sucedería si utilizase cuatro u ocho; además, aquí era imposible colgar los altavoces y situar al público en su interior. Por esa razón, el espectáculo presentado no es, como había sido la idea inicial, sino un fragmento anterior de esta misma ópera".

Esta impotencia para interpretar su música en directo no parece inquietar a Stockhausen. "No me preocupa aislarme, sólo me interesa lo que creo que es necesario para mi música y todo esto lo es. Aunque ahora no llegue a entenderlo, el mundo lo comprenderá algún día. Mi visión musical es para el futuro". Desde 1977, el compositor alemán ha cesado de escribir obras de pequeño contenido para dedicarse por entero a su ópera Licht, de la que ya se han presentado cuatro fragmentos, una obra que durará 24 horas y que espera tener concluida para el año 2005.

Esta noche en Sevilla, música, danza y teatro constituirán una sola unidad para explicar la parábola de Michael, extraída de esta ópera y que presenta las relaciones entre los tres personajes esenciales y sus constantes desdoblamientos. "No se trata de mitologías del pasado, yo los veo en presente y forman parte de este universo, uno de los muchos creados".

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